Solidaridad
Fundación Madrina, dos años tendiendo "puentes de esperanza" con Ucrania
En el segundo aniversario del comienzo de la Guerra, la organización refuerza sus labores de apoyo emocional, social y práctico a los refugiados ucranianos en Madrid
Hoy se cumplen dos años del inicio de la Guerra de Ucrania, un conflicto que ha devastado al país y ha dejado a miles de personas sin hogar, incluyendo a muchos niños y madres. Fundación Madrina, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la protección de la infancia y la mujer, ha estado presente desde el primer momento brindando ayuda humanitaria a los afectados por la guerra, tanto en el país como en Madrid.
En Ucrania, la Fundación ha rescatado a más de 2.500 familias, incluyendo niños y madres, de las zonas de conflicto, ha enviado más de 50 toneladas de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, medicinas, ropa y artículos de primera necesida, ha facilitado facilitado la evacuación y el reasentamiento de refugiados ucranianos en España, brindándoles alojamiento, alimentación, asistencia médica y apoyo psicológico y ha puesto en marcha programas específicos para la protección de mujeres y niños en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles refugio seguro, asistencia legal y apoyo psicosocial.
En España, la organización ha acogido a más de 1.000 refugiados ucranianos en sus centros de acogida, brindándoles un hogar temporal y acompañamiento integral en su proceso de integración, brindándoles vivienda, acompañamiento social, legal, sanitario, alimentación y gestión de trámites burocráticos. También ha desarrollado programas de formación e inserción laboral para refugiados ucranianos, facilitándoles el acceso a oportunidades de trabajo y el desarrollo de sus habilidades. Desde el punto de vista del apoyo emocional, Fundación Madrina ha puesto a disposición de los refugiados ucranianos un servicio de atención psicológica para ayudarles a superar el trauma y adaptarse a su nueva vida.
"A día de hoy las mujeres ucranianas tienen miedo de ser llamadas a filas y viven sufriendo las consecuencias de la guerra como el miedo a la muerte, ya que temen por la vida de sus hijos, maridos y hermanos que están luchando en el frente. También existe el temor de que las mujeres también sean movilizadas para la guerra, lo que las expondría a un gran peligro. La gran mayoría de ellas sufren trauma y estrés", señala la organización en un comunicado.
Con motivo de este segundo aniversario del inicio del conflicto, la organización hace un llamamiento a la comunidad internacional. "El primer lugar, es urgente un alto al fuego para poner fin al sufrimiento de los niños y las madres ucranianas. Pero también se necesita más ayuda humanitaria para cubrir las necesidades básicas de las personas afectadas por la guerra y medios para apoyar la integración social y económica de los refugiados ucranianos en los países de acogida".
Esos son los principales objetivos de su proyecto “Puente de Esparanza”, que persigue la integración efectiva los desplazados ucranianos en la nueva sociedad, la superación del estrés y los traumas, la mejora de su calidad de vida y una mayor conciencia social sobre los problemas y mejores políticas para los refugiados.
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