
Ingreso en el Gemelli
Francisco: un miércoles de ceniza estable, trabajando y en un sillón
El Papa encadena dos días sin fallos respiratorios, pero con ventilación mecánica nocturna
La Iglesia universal se ha adentrado este miércoles en la cuaresma, esto es, el tiempo litúrgico con el que los católicos se preparan para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Y lo hicieron con la mirada puesta en el particular viacrucis que está atravesando desde hace veinte días el Papa Francisco en el Policlínico Gemelli, donde lucha para salir adelante frente a una neumonía bilateral y una bronquitis asmática no exentas de complicaciones varias.
En el parte médico vespertino se destacó que Francisco no presentó nuevos episodios de insuficiencia respiratoria. De la misma manera, el comunicado de la Santa Sede detalla que continuó con la oxigenoterapia de alto flujo, así como con la fisioterapia respiratoria y la terapia motora activa.
Además, añadió que pasó el día en un sillón, realizó algunas actividades laborales, y llamó a Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia de Gaza. A pesar de esta estabilidad clínica, el parte explica que, «dada la complejidad del cuadro clínico, el pronóstico sigue siendo reservado».
Y al igual que los 1.390 millones de católicos repartidos por los cinco continentes, Francisco participó en las celebración del miércoles de ceniza con la que se invita al Pueblo de Dios a la conversión personal y pastoral.
Al Pontífice jesuita también se le impuso la ceniza en un sencillo acto en la décima planta del Gemelli. Al igual que sucediera en 2022, cuando no pudo participar en la eucaristía de este día por un dolor agudo de rodilla, ayer fue el ausente en la misa que tuvo lugar en la basílica de Santa Sabina y que estuvo presidida por el penitenciario mayor de la Santa Sede, el cardenal italiano Angelo De Donatis.
Sin embargo, el Papa argentino sí quiso hacerse presente a través de una homilía de su cosecha en la que se adentró en el significado de esta jornada. «Somos polvo, del polvo hemos sido creados y al polvo volveremos», subraya la meditación firmada por Jorge Mario Bergoglio, que pareciera hablar de su propia experiencia al subrayar que, al estar «hechos de cenizas y de tierra, palpamos la fragilidad en la experiencia de la enfermedad, en la pobreza, en el sufrimiento que a veces irrumpe de manera repentina sobre nosotros».
Es más, no tiene problema en abordar el tema de la muerte «que en nuestras sociedades de apariencia intentamos exorcizar de muchas maneras e incluso excluir de nuestros lenguajes, pero que se impone como una realidad con la que debemos lidiar, signo de la precariedad y transitoriedad de nuestras vidas». «Ninguno de nosotros es Dios, todos estamos en camino», sentencia.
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