Sucesos
El proyecto que Teresa no pudo ver
Un trágico accidente de autobús en Costa de Marfil acabó con la vida de Teresa Cardona, subdirectora del colegio Mayor Bonaigua del Opus Dei. Viajó con 30 jóvenes para participar en un proyecto de cooperación.
Un trágico accidente de autobús en Costa de Marfil acabó con la vida de Teresa Cardona, subdirectora del colegio Mayor Bonaigua del Opus Dei. Viajó con 30 jóvenes para participar en un proyecto de cooperación.
Murió haciendo lo que más le gustaba: ayudar a los demás. Teresa Cardona Soriano, subdirectora del colegio Mayor Bonaigua y de ESO del colegio Fomento Canigó –ambos adscritos al Opus Dei– falleció el sábado en un accidente de tráfico en Costa de Marfil mientras acompañaba a un grupo de 30 jóvenes en un proyecto solidario de cooperación en Costa Marfil. Cosas del destino, ese programa en el que había trabajado durante todo el año no llegó a materializarse ya que un accidente truncó sus planes.
Teresa, de 44 años y la pequeña de siete hermanos, estaba muy vinculada a proyectos educativos con gente joven. El que iba a realizar en el país africano era uno de ellos. Lo puso en marcha el año pasado bajo el nombre de «Anitie Kossobe» Dirigido a jóvenes de 2° de bachillerato y universitarias, se trata de un plan que tiene por objetivo dar clase de higiene y español en un pueblo del centro del país. Además, otra de las actividades que realizan las participantes es una pequeña rehabilitación de una escuela en la que pintan paredes o lijan puertas para acondicionar el espacio. «Estamos desolados», asegura a LA RAZÓN Concepción Patxot, portavoz del Colegio Mayor Bonaigua. No es para menos. Teresa era el «alma mater» de esta actividad que impulsaban desde el colegio para «fomentar la preocupación social entre los estudiantes». Tanto ella como las 30 alumnas que viajaron al país africano estuvieron todo el año organizando con «mucha ilusión» esta actividad. De hecho durante el otoño realizaron campañas para recaudar fondos y poder abaratar el precio del viaje, que ronda los 950 euros según recoge la web del Colegio Mayor. En ella pueden verse fotos de la edición anterior en la que las participantes aparecen con los niños prestando asistencia sanitaria en el Centro Católico Diocesano.
Todo el equipo salió de Barcelona el pasado viernes. Tras recorrer 6.403 kilómetros en avión hasta la capital comercial del país Abiyán , al día siguiente tomaron dos minibuses para dirigirse a Yamusukro, en concreto a la Residencia de Monjas del Centro Católico Diocesano.
Sin embargo, sobre las ocho de la noche (hora española) volcó uno de los dos minibuses en los que parte del grupo se desplazaba. El otro vehículo se detuvo al ser testigo del siniestro y dio la voz de alarma. Según confirmaron fuentes del Colegio Mayor a este medio, diez alumnas «están hospitalizadas pero su vida no corre peligro». No en vano, hay que esperar a que las estudiantes reciban una atención más especializada dado que el accidente se produjo en una zona remota de África.
Quienes conocían a Teresa la recuerdan como una persona «súper alegre y espectacular», según relata una compañera del colegio. Es más la definen como una de esas personas que «te lo pone fácil y con gran inquietud social». Subrayan que cada proyecto que iniciaba lo hacía con «entrega e ilusión», destacando «la vitalidad y alegría con la que asumía cualquier reto o tarea, haciéndolo fácil». Precisamente, el de Costa de Marfil era uno de esos. Aunque no el único. Desde los dos centros que dirigía se empeñaban en trasmitir valores a los alumnos. De hecho, otras de las actividades que fomentaba entre ellos era el apoyo a las personas mayores y a los ancianos.
Según ha podido confirmar este medio, familiares de Teresa están viajando al país. Por el momento, el cuerpo sin vida de Teresa está siendo trasladado desde el lugar del siniestro a Abiyán. Una vez allí será repatriado. Desde el Colegio Mayor subrayan que mantienen contacto fluido con la Embajada y el Consulado que les está ayudando en todo lo que necesitan tras sufrir este trágico accidente. Aunque todavía no está del todo confirmado, lo más probable es que se suspenda el programa de voluntariado y todas las chicas regresen a España.
A raíz del suceso, la Casa de Su Majestad el Rey envió este domingo su «pésame y apoyo» a la familia de la monitora Cardona y mostró «esperanzados deseos de recuperación».También lamentó el trágico suceso el ministro de exteriores en funciones Josep Borell que confirmó a través de su cuenta de Twitter que «están trabajando intensamente en la asistencia de las 30 jóvenes» .
Enorme es la huella que deja su pérdida entre aquellos que estuvieron a su lado. Desde el Colegio aseguran que una vez que asimilen todo lo sucedido, le harán un homenaje.
Implicada, acordeonista y deportista
Teresa era una de esas personas que dejan huella. Solidaria e implicada en proyectos educativos para jóvenes en entidades sin ánimo de lucro, siempre tenía una sonrisa. Según explica gente se su entorno a LA RAZÓN era «súper alegre». La pequeña de siete hermanos, estudió Derecho en la Universidad de Navarra aunque dedicó gran parte de su vida a la educación. Durante los últimos 13 años asumió la subdirección del colegio Fomento Canigó al tiempo que impulsó acciones solidarias. Uno de los proyectos con el que estaba más ilusionada era el de Costa de Márfil –Anitie Kossobe de ayuda a África– que ideó en colaboración con una alumna del colegio, oriunda de este país africano. Además, era una gran deportista. Jugaba muy frecuentemente al tenis. Otra de sus aficiones era la música: «le apasionaba», aseguran personas cercanas. Tocaba la guitarra y el acordeón de una forma brillante y además tenía dotes para el canto. En el plano personal, en los últimos años se dedicó en cuerpo y alma al cuidado de sus padres, ambos con Alzheimer. Lo hacía «con gran ternura y con la ayuda de sus hermanos». Una persona con «la sonrisa franca, la mirada limpia y transparente» así la define el escritor Javier Vidal-Quadras en su blog, que destaca su buena actuación como numeraria del Opus Dei.
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