Relaciones laborales
El 81% sufre un exceso de burocracia administrativa
Uno de cada dos es crítico con el trabajo de los funcionarios y asegura que hay demasiados aunque valora su formación.
Uno de cada dos es crítico con el trabajo de los funcionarios y asegura que hay demasiados aunque valora su formación.
La reforma de la Administración es un deber endémico que los sucesivos gobiernos han señalado entre las prioridades de su gestión. Ahí, por supuesto, cabe lo del adelgazamiento de las estructuras, la depuración de duplicidades y el aumento de la eficiencia. Toda agenda política que se preciara en las últimas tres décadas ha incluido este catálogo de buenas intenciones. El caso es que puede que sea un trabajo hercúleo, que exija el compromiso de varias generaciones de políticos, que estemos ante una suerte de cuadratura del círculo o que simplemente la voluntad flojee cuando el aspirante se convierte en gobernante y tiene la sartén por el mango de una fabulosa maquinaria de servicio público. Y en esas seguimos, con la tarea aún pendiente. Pese a todo, debemos saber que España tiene menos empleados públicos que la media de la Unión Europea, pero que suponen un mayor gasto que los del conjunto de nuestros socios comunitarios. Otra cosa es cómo de satisfechos estén los ciudadanos con el trabajo de los tres millones de funcionarios. Y esa percepción es mejorable. Según la encuesta, el 50% de los españoles está descontento en líneas generales con el funcionamiento de las administraciones, mientras que el 42,2% está satisfecho. En este sentido, resulta muy esclarecedor que ocho de cada diez consultados entiendan que el exceso de burocracia en pleno siglo XXI lastra a lo público. Los españoles dirigen sus críticas a los políticos y no a los empleados públicos, de los que una mayoría del 49,5% cree que están bien formados, más allá de que el 46,6% piense que esos tres millones de funcionarios suponen una cifra excesiva.
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