Simbolismo
El curioso motivo detrás de quitarse los zapatos antes de entrar en casa: no es por higiene
A pesar de que estudios han demostrado que los zapatos transportan cientos de miles de bacterias, esta costumbre es una práctica repleta de simbolismo
Pese a que en España no esté tan normalizada y pueda parecer incluso extraña para la gran mayoría de occidentales, la costumbre de quitarse los zapatos al entrar en casa es común en muchos países europeos y asiáticos. Esta acción tiene raíces históricas y culturales que trascienden la mera justificación de que se trata de un gesto de higiene.
Aun con todo eso, es innegable que muchas personas lo hacen como una práctica higiénica lógica. Un estudio de 2018 sobre la población española encontró que los zapatos analizados contenían alrededor de 421.000 bacterias en el exterior y un promedio de 2.887 en su interior.
Simbolismo: impureza y jerarquía social
Históricamente, los pies han tenido un simbolismo especial en diversas culturas. Tal y como recoge la BBC, Margo DeMello, autora de "Feet and Footwear: A Cultural Encyclopedia", explica que mientras la cabeza se asocia con el alma y la mente, los pies están vinculados a la impureza. Esto se debe a que son la parte del cuerpo que entra en contacto con el suelo, llevando consigo las impurezas del exterior al interior del hogar. En las civilizaciones de África, Asia y Europa, quitarse el calzado al entrar en casa era una forma física y simbólica de eliminar esas impurezas.
En la antigüedad, la práctica de descalzarse también reflejaba la jerarquía social. En algunas culturas, los esclavos lavaban los pies de los invitados antes de permitirles entrar en la casa, subrayando así la superioridad del invitado y la inferioridad del esclavo. Además, los pobres debían descalzarse antes de acercarse a figuras de autoridad como los reyes, ya que los zapatos sucios simbolizaban una amenaza para el líder.
David Sevillano-López, profesor de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Complutense de Madrid, señala para el mismo medio que esta costumbre probablemente tiene sus raíces en China. Las viviendas tradicionales chinas consistían en habitaciones independientes distribuidas alrededor de patios exteriores. Para entrar en una habitación era necesario atravesar estos patios, arrastrando inevitablemente la suciedad del exterior. Teniendo en cuenta que por ese entonces las actividades diarias se realizaban directamente en el suelo, mantener los espacios limpios era crucial.
La influencia de la religión
La relación entre descalzarse y la pureza también se refleja en prácticas religiosas. En el budismo, el hinduismo y el islam, quitarse los zapatos es un acto de respeto y humildad. En los templos budistas y las mezquitas, los fieles se descalzan para mantener la pureza del lugar sagrado. Esta práctica se extiende al hogar, considerado un espacio igualmente sacrosanto. En India, por ejemplo, quitarse los zapatos antes de entrar a casa o a un templo es una tradición profundamente arraigada, explica la BBC.
El Imperio Otomano también promovió la costumbre de descalzarse al entrar en casa. En países como Turquía, Serbia y Hungría, el uso de pantuflas para estar en casa es una herencia de esta práctica. Incluso en la Unión Soviética, la tradición de usar pantuflas en el hogar era común.
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