Medios de Comunicación
Información, el enemigo a batir
El control de la información siempre ha sido un objetivo del poder. Un derecho que se puede ejercer libremente en las sociedades democráticas –también con dificultades–, pero que en las dictaduras es un enemigo a combatir
El control de la información siempre ha sido un objetivo del poder. Un derecho que se puede ejercer libremente en las sociedades democráticas –también con dificultades–, pero que en las dictaduras es un enemigo a combatir.
El último caso de persecución a un periodista es el caso del reportero Ivan Golunov, que fue detenido en Rusia bajo la acusación de tráfico de drogas. La inculpación era falsa, como se suponía desde un principio; fue puesto en libertad el pasado martes y exonerado de todos los cargos. Esa la última estrategia que el Kremlin está llevado para controlar a los medios de comunicación incómodos. El «caso Golunov» ha provocado una gran indignación en periodistas y opositores por el absoluto desprecio al derecho a la información. No hay que olvidar que en Rusia hay en la actualidad cinco periodistas presos por el contenido de sus informaciones.
La libertad de expresión siempre está relacionada con las garantías democráticas, incluso en países que formalmente son considerados regímenes parlamentarios. Es el caso de Turquía, con 134 informadores presos en 2017. Por contra, es en países con democracias consolidadas donde la prensa es más libre , mientras en las dictaduras, en los ahora llamados sistemas con líderes «fuertes» y, por supuesto, en las zonas con guerras o controladas por mafias –es el caso sangrante de México: 5 muertos en lo que va de año–, la información se ha convertido en uno de los primeros enemigos a batir.
La investigación sobre casos de corrupción es uno de las causas más comunes para perseguir a periodistas. Especialmente sangrante fue la violación y asesinato en Bulgaria de Viktoria Marinova, en 2018, o del ametrallamiento del periodista eslovaco Jan Kuciak y su pareja, en 2017. La estrangulación financiera es otro recurso en esas democracias custodiadas por líderes populistas. El diario «Magyar Nemzet» y la emisora de radio Lanchíd, ambos propiedad de uno de los mayores opositores de Viktor Orbán, cerraron hace un año, justo tras la aplastante victoria del jefe de Gobierno. El diario venezolano «El Nacional», crítico con Nicolás Maduro y el chavismo, tuvo que cerrar la edición impresa por el cierre de suministro de papel al que le sometió el régimen.
El país que más ha perfeccionado la censura hasta controlar el mundo de internet es China, que aplican el control tecnológico y humano de los 642 millones actuales de usuarios, el 22% del total mundial. Acaba de tener una dura polémica con Leica porque ha hecho un anuncio sobre la matanza de Tiananmén, ya que la célebre foto del hombre ante el carro de combate se hizo con una cámara de esta mítica marca, ha sido obligada a retirarla. Censura sin contemplación.
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