El éxito del humor anticrisis

Los campistas por excelencia de la parrilla ponen esta noche a las22:40 horas el broche final a su segunda temporada, pero antes de despedirse, Carmen Ruiz –Eli, en la ficción– ha concedido una entrevista en la que repasa los entresijos del rodaje y analiza la evolución de su personaje tras confirmarse que espera un hijo de Jorge (interpretado por Raúl Arévalo), el atolondrado padre que se quedará «descolocado cuando se entere» de la buena nueva. Aunque su personaje es poco dado al romanticismo, la intérprete confiesa entre risas, mientras almuerza en el restaurante Smile Thai de la madrileña calle Alcalá, que «sería un puntazo» imaginarse a Eli y a Jorge compartiendo una cita en un local exclusivo, ya que «él se haría el entendido y ella sería impredecible».

No con el «lacio»

Sin duda, la relación entre Raúl Arévalo y Carmen Ruiz forma una de las bases de «Con el culo al aire», aunque la actriz prefiere repatir méritos y decir que la serie «se encuentra muy equilibrada y los pilares somos todos». En la próxima etapa la pareja deberá evolucionar alrededor de su nuevo hijo, y mientras Jorge «cree que no va con él» el asunto, Eli siente «la contradicción de que quiere ser madre, pero no con el ''lacio''», reconoce sin desvelar mucho más «porque nos trasladaríamos a la tercera temporada y eso no puede ser...». Sin embargo, la actriz confirma que el ser madre alterará las hormonas de su personaje y con ello dará «momentos muy divertidos». Siguiendo con la esencia de «la macarra de Eli», como la propia Carmen define a su personaje y del que afirma «ser fan absoluta de su vestuario», y en contradicción al estilo pijo de Jorge, el futuro hijo de ambos «vestirá con camisetas de grupos de rock y ''bodys'' de calaveras, nada de politos», afirma.

De los momentos que recuerda especialmente de la temporada que finaliza, Carmen Ruiz destaca el capítulo seis: «Cuando Eli lo pasa muy mal por Jorge y es la primera vez que vemos que mi personaje es frágil, que tiene sentimientos y no es tan duro. Me gustó mucho esa secuencia en la que Roberto me pilla llorando oliendo el polo de Jorge después de haberlo rajado; es su manera de decir que está superenamorada». Por otro lado, del rodaje resalta la grabación en el Vicente Calderón durante un partido y ante 50.000 personas, en lo que se convirtió en su bautizo en un campo de fútbol: «Fue una de esas cosas que piensas ''cómo mola mi trabajo'', porque vives momentos que no vivirías si no trabajaras en esto». Otros instantes del rodaje que también recuerda con cariño, pero en los que sufrió algo más, fue en el plató principal, el camping de La Cabrera de la sierra madrileña: «Allí hace frío de verdad y lo que peor se lleva es rodar secuencias en manga corta a menos dos grados, pero, excepto eso, muy bien. Es un sitio muy chulo». A falta del episodio de esta noche, «Con el culo al aire» se despide hasta el próximo curso con un 17,1 por ciento de cuota de pantalla y 3,1 millones de espectadores de media. Unos datos que han convertido a los inquilinos del camping en líderes absolutos de su franja de emisión de los miércoles y que refuerzan la confianza que Antena 3 depositó en ellos antes del comienzo de la etapa que finaliza, cuando renovó la ficción por una tercera temporada.