La Razón Solidaria

Cómo proteger a tus mascotas del calor asfixiante del verano

Las altas temperaturas les afectan igual que a los humanos, y pueden provocarles incluso golpes de calor

Varios perros se refrescan en una fuente de Madrid Rio debido a las altas temperaturas.
Varios perros se refrescan en una fuente de Madrid Rio debido a las altas temperaturasAlberto R. RoldánLa Razón

El verano ya está aquí, y todavía estamos a tiempo de prepararnos para las altas temperaturas, algo que también afecta a nuestras mascotas. Y es que si nosotros sufrimos las consecuencias de un calor asfixiante, los animales también lo hacen.

Nuria Gómez Constanzo, experta veterinaria de Clinicanimal, la red de centros veterinarios de Tiendanimal, explica además que «los animales no pueden regular su temperatura corporal tan fácilmente como los humanos, por lo que hay que estar atentos y brindarles alternativas para que se mantengan bien frescos».

El calor puede provocar que los animales pierdan apetito y las ganas de moverse, pero estas no son las consecuencias más graves, ya que también pueden sufrir golpes de calor. Esto, aunque puede afectar a cualquier mascota, es especialmente propenso en aquellas que son o muy jóvenes o muy mayores; los gatos de cabeza redonda y hocico plano; y cualquiera que tenga problemas respiratorios o cardiacos.

Pero, ¿cómo identificar un golpe de calor? Lo primero que ocurre es que la temperatura corporal del animal aumenta de manera repentina, lo que provoca que respire mucho más rápido de lo habitual y necesite abrir mucho la boca. En ocasiones, también puede sufrir temblores, jadeos, vómitos y estar desorientado o tener la lengua muy roja. Si se da esta situación, el primer paso a dar es llevar al animal a un sitio a la sombra y preferiblemente fresquito. No es conveniente echarle agua muy fría, pero sí mojarle poco a poco en zonas como la cabeza, las axilas y el cuello. La temperatura normal de los perros y gatos ronda los 38,5°C, mientras que en un golpe de calor puede pasar incluso de 40ºC a 43ºC.

Para prevenir que se dé esta situación desagradable, hay una serie de productos y trucos que conviene conocer.

Al igual que ocurre con los humanos, la hidratación es algo fundamental. Hay algunos bebederos refrescantes que mantienen fría la temperatura del agua y que son fáciles de utilizar. Es imprescindible que la mascota tenga disponible siempre un cuenco de agua limpia y fresca.

En esta misma línea, hay varias marcas de helados para perros que además de refrescarles les harán disfrutar. Otra opción es, en vez de comprarlos, hacerlos en casa, utilizando frutas, yogur, salchichas o pienso.

Adaptar las zonas de descanso a las altas temperaturas es otra opción a tener en cuenta. Hay muchos animales que en los meses de verano prefieren dormir en el suelo, ya que sus camas habituales están demasiado calientes como para poder descansar. Como alternativa, hay esterillas refrigerantes que les ayudan a bajar la temperatura corporal, y también se pueden comprar camas que favorecen la salida del calor debido al material del que están hechas. Los expertos también recomiendan usar camas que no estén pegadas al suelo, sino mínimamente elevadas.

Sabemos también que a nuestros amigos peludos les encanta jugar. Por ello, siempre agradecerán refrescarse a la vez que se divierten. Existen piscinas plegables que son ideales para llevar de viaje y que harán que los animales se lo pasen bien y mantengan una temperatura corporal baja al mismo tiempo. Eso sí, es importante ponerlas a la sombra.

Es conveniente recordar que en verano hay que evitar los paseos y la actividad física en las horas de mayor calor, y también es recomendable darles de comer cuando hace más fresquito, en las primeras y últimas horas del día. Recortarles el pelo, cepillarles para que no se les acumule y refrescarles a menudo con un poco de agua son otros consejos que harán que el verano sea una época de disfrute no solo para los humanos.