Semana de la Mujer 2024
Una de cada tres mujeres está en riesgo de exclusión social
Las más expuestas son las que sufren alguna discapacidad y las mayores de 45 años
Más de 100 empresas desarrollan la Semana de la Mujer 2024 para reforzar el acompañamiento a las mujeres con más dificultades de acceso al empleo y sensibilizar e implicar al tejido empresarial para generar entornos laborales más inclusivos. Y es que, como destaca un informe de la Fundación Adecco, históricamente la mujer se ha enfrentado a dificultades adicionales: su tasa de paro alcanza el 13,3%, frente al 10,3% de la masculina y son las primeras en retirarse del mercado laboral cuando la situación familiar lo requiere, como prueba la inactividad por razones del hogar: mientras un 27,9% de las mujeres no busca trabajo para dedicarse a las labores del hogar, solo un 6% de los hombres es inactivo por este motivo. En total, se contabilizan 2.838.000 mujeres inactivas por labores del hogar, frente a 446.000 hombres.
Otros factores como la concentración en jornadas parciales (el 74% de las personas ocupadas a tiempo parcial son mujeres) o la brecha salarial (el salario femenino representa el 81,6% del masculino), constatan el menor reconocimiento social que tiene la carrera profesional de una mujer y las dificultades añadidas que afrontan para consolidarse en el mercado laboral.
Con todo ello, las mujeres afrontan un riesgo de exclusión social superior al de los hombres. Datos de la tasa Arope femenina (que refleja las mujeres en riesgo de exclusión y/o pobreza) señalan que alcanzó el 27,2% (casi 1 de cada 3), frente al 24,8% masculina. En términos absolutos, se contabilizan 805.209 mujeres más en esta situación (6.574.605 mujeres frente a 5.769.396 hombres). Algunas mujeres están especialmente expuestas a la exclusión social. Es el caso de las mujeres sénior (mayores de 45 años, especialmente si llevan más de un año sin empleo), las mujeres con discapacidad, con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género.
Las acciones a desarrollar para terminar con estas desigualdades empiezan por talleres con expertos para abordar temas fundamentales para la inclusión en el mercado laboral (definición del objetivo profesional, proceso de búsqueda de empleo, redes sociales, portales de empleo, currículum, entrevista...). Le seguirían entrevistas de mentorización con profesionales en activo para apoyar a las mujeres, repasando su experiencia y aconsejando sobre cómo superar un proceso de selección.
Todo esto iría acompañado por jornadas motivacionales donde mujeres con gran experiencia vital cuentan cómo han superado situaciones complicadas y trasladan su testimonio positivo.
La Fundación Adecco ha lanzado la campaña de sensibilización con el mensaje «¿Volver a soñar?». En esta pieza audiovisual, de algo más de un minuto de duración, se da a conocer la historia de Ariana, que es también la de miles de mujeres en riesgo de exclusión en España. Ariana se ha visto abocada a situaciones inesperadas (renunciar a su vocación profesional, monoparentalidad no deseada, cuidados de la familia en solitario, desempleo, etcétera), con una exposición a la exclusión social muyo mayor, desde su nacimiento.
«Mediante la historia de Ariana se busca reflejar cómo el empleo es el elemento clave para que las mujeres que lo tienen más difícil puedan reconducir sus vidas y avanzar hacia sus metas personales. Muchas de las mujeres que acompañamos en la Fundación Adecco han desempeñado un papel crucial en el desarrollo de las familias, no solo a través del cuidado de sus hijos o las responsabilidades del hogar, sino también aportando a las economías domésticas mediante el trabajo informal, sin reconocimiento y en condiciones de desprotección. Hoy quieren incorporarse al empleo formal y, como sociedad, debemos estar ahí para ellas. Es una cuestión de pura justicia social pero también de competitividad», afirmó Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.
Afecciones a la salud
También ayer se conoció un estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) que revela cómo la pobreza de tiempo, entendida como la «escasez de tiempo» disponible para actividades personales y de ocio después de atender el trabajo remunerado y no remunerado, es más frecuente en las mujeres, un factor que afecta directamente a la salud.
Según el análisis, publicado en la revista científica «Journal of Epidemiology & Community Health», las mayores probabilidades que tienen ellas de ser pobres en tiempo se relaciona directamente con los indicadores negativos de salud.
El informe se realizó seleccionando una submuestra de personas trabajadoras asalariadas de 16 a 64 años, teniendo en cuenta el tiempo de trabajo remunerado y no remunerado e incluyendo el tiempo de desplazamiento al trabajo. Fueron consideradas pobres de tiempo aquellas personas empleadas que dedican más de 67,3 horas semanales a la suma del trabajo
Las variables que analizaron fueron factores como la edad, las condiciones y características laborales, entre otros, como «el estado de salud autopercibido», la salud mental, el tiempo de sueño, la calidad del sueño y la actividad física en el tiempo libre.
Según los resultados, la prevalencia de la pobreza del tiempo fue mayor en las mujeres, principalmente, señalan, porque los hombres dedican más tiempo al trabajo remunerado pero menos al no remunerado, de cuidados o a desplazamientos.
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