Caso La Manada
Así fue la primera noche de La Manada en prisión: «¡Violetas! ¡Tened cuidado que os rajamos!»
Los cinco de «La Manada» fueron recibidos con insultos por parte de otros internos en la prisión de Sevilla I. Cenaron cochinillo y quisieron realizar llamadas telefónicas a deshora.
Los cinco de «La Manada» fueron recibidos con insultos por parte de otros internos en la prisión de Sevilla I. Cenaron cochinillo y quisieron realizar llamadas telefónicas a deshora.
«¡Perras! ¡Violetas!» (violadores en términos carcelarios) ¡Os vamos a rajar!» Ese ha sido el recibimiento que los cinco miembros de «La Manada» han tenido de sus compañeros de la prisión de Sevilla I, donde ingresaron a cumplir condena el viernes por la tarde. Nada más tener conocimiento el resto de reclusos de que los violadores de Sanfermines ya habían puesto un pie en el centro penitenciario, desde el patio no dejaron de escucharse gritos despectivos hacia los nuevos internos.
Hasta allí fueron conducidos desde la Jefatura Superior de la capital andaluza después de ser detenidos por la Policía Nacional en virtud de la orden de ingreso en prisión que la Audiencia Provincial de Navarra dictó la tarde del viernes al conocerse la condena del Tribunal Supremo a quince años de cárcel por un delito continuado de violación. Fuentes penitenciarias explican que se mostraron algo temerosos y que, a eso de las 21:00 horas, solicitaron hacer una llamada con una tarjeta de un ordenanza pero no se les permitió porque a esas horas ya no dejan a ningún otro preso. Las mismas fuentes destacan, sin embargo, que sí han recibido un trato diferente al resto de reclusos porque hasta el director del centro acudió al módulo de ingresos a dar instrucciones «y eso solo ocurre cuando entra alguien famoso o importante». Así, sin llamar por teléfono y tras una cena que consistió en ensaladilla rusa, cochinillo frito y revuelto de champiñones, los miembros de «La Manada» durmieron su primera (de muchas) noche en la cárcel. Durmieron bajo la vigilancia de un ordenanza de ingresos cada uno, menos el guardia civil y el militar (que explicó a uno de los funcionarios que ya no lo era desde el pasado mes de octubre). Así, por el momento, José Ángel Prenda, Jesús Escudero y Ángel Boza se encuentran los cuatro juntos a excepción del guardia civil, Antonio Manuel Guerrero, y el ex militar Alfonso Jesús Cabezuelo, que se encuentran en el módulo de FIES 4 (Fichero Interno de Especial Seguimiento), para miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No obstante, esta prisión no será donde cumplan condena porque este penal está concebido, en teoría, para gente que haya sido condenada por delitos con menos años de prisión aparejada. Así, Instituciones Penitenciarias explicó a Efe que se barajan varias opciones a la hora de ser internados para cumplir la pena definitiva, dado que, por arraigo, podrían elegir el lugar donde estar internados y terminar en la cárcel Sevilla II de Morón de la Frontera (Sevilla) o en la Prisión de Huelva. En el momento de su arresto para entrada en prisión, los miembros de «La Manada» se encontraban en sus viviendas, salvo Ángel Boza, que se entregó directamente en la Jefatura de Policía. Fuentes policiales aseguraron que «El Prenda» (líder del grupo) y Cabezuelo, el militar, fueron detenidos cuando intentaban salir de la ciudad. No obstante, estaban siendo vigilados antes de que se conociera el fallo del Supremo.
«Hay que estar 24 horas con ellos, no pueden salir solos del módulo»
Uno de los principales problemas con los «La Manada», según fuentes penitenciarias, son «las ganas que les tienen» el resto de reclusos, ya que los delitos de violación son uno de los peores considerados dentro de las prisiones y quienes lo cometen no son aceptados por la comunidad carcelaria. Desde Sevilla I explican que eso implica velar por su seguridad 24 horas al día y «por el momento» no pueden salir solos del módulo donde ingresaron.
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