El papel higiénico es un producto fundamental en la sociedad contemporánea, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia del coronavirus, cuando desató la locuras. Las estanterías vacías y la compra compulsiva de este producto básico en supermercados de toda España reflejaron su importancia cotidiana. Para muchos, es un producto imprescindible, pero la realidad medioambiental y las alternativas emergentes han puesto en debate su uso sugiriendo que el "fin del papel higiénico" podría estar más cerca de lo que imaginamos.

El papel higiénico, está fabricado a base de celulosa y se presenta en dos formatos: para uso privado y para uso comercial en baños públicos. A pesar de su utilidad y de estar diseñado para desintegrarse con el contacto del agua y así evitar obstrucciones en las tuberías, sigue existiendo la recomendación en muchos lugares de no arrojarlo al inodoro. Sin embargo, lo que de verdad parece consternar a la mayoría de expertos son los problemas medioambientales y la químicos que el papel higiénico puede producir.

Dudas sobre los efectos medioambientales del papel higiénico

Un estudio reciente de la Universidad de Florida, publicado en la revista científica Environmental Science & Technology Letters de la Sociedad Americana de Química, reveló que el papel higiénico contiene PFAs (perfluoroalquilados), conocidos como "contaminantes eternos" debido a su persistencia en el medio ambiente y sus potenciales efectos perjudiciales para la salud.

Estos químicos, utilizados en la fabricación de muchos productos para hacerlos más resistentes, se encuentran también en el papel higiénico, lo que ha generado alarmas sobre las consecuencias de su uso masivo y sus implicaciones para el ecosistema. Por esta razón, las organizaciones medioambientales han comenzado a exigir la desaparición gradual del papel higiénico o, al menos, una reformulación de su fabricación para minimizar el uso de químicos nocivos.

Además, subrayan que la producción de papel higiénico implica deforestación y un alto consumo de agua y energía, lo que agrava la huella ecológica del producto. En este contexto, algunas entidades han propuesto alternativas más sostenibles que podrían sustituir el papel higiénico en los hogares.

Alternativas sostenibles para el papel higiénico

En respuesta a las preocupaciones medioambientales, las alternativas al papel higiénico están ganando popularidad. Antes de que se generalizara el uso del papel higiénico, en muchos países se utilizaban otros métodos para la higiene íntima, y hoy en día estas prácticas están resurgiendo como opciones ecológicas. Por ejemplo, en España, el bidet sigue siendo un complemento habitual en muchos baños, una alternativa basada en el uso de agua y jabón para una limpieza más eficiente y sostenible.

En otras regiones del mundo, como en varios países de Asia y Oriente Medio, es común encontrar mangueras o duchas instaladas cerca del inodoro. Este método, además de ser más ecológico, se considera por muchos más higiénico, ya que reduce el contacto directo y evita el uso de productos desechables que generan residuos. Con la creciente concienciación sobre el impacto ambiental, estas prácticas se están extendiendo en otras partes del mundo, incluyendo Europa y América del Norte.