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Informe

El 50% de los menores vincula tener un buen físico con la aceptación social

El 45% de los adolescentes opina que los «influencers» publicitan alimentos poco saludables

Un 12,5% de las chicas y el 8,8% de los chicos afirman sentirse poco o nada conformes con su aspecto. © Alberto R. Roldan La Razon

Relacionarse con amigos o ser «más aceptado y gustar más» por los demás está relacionado con tener un buen aspecto físico para el 50% de los jóvenes de entre 11 y 17 años (concretamente, para el 52% de los chicos y el 50% de las chicas). Pero si se les pregunta si se sienten a gusto con su apariencia, un 12,5% de las chicas y el 8,8% de los chicos afirman sentirse poco o nada conformes con su aspecto.

Estas son dos de las principales conclusiones de un informe elaborado por la Fundación Mapfre y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que tenía como objetivo conocer el «impacto» de los contenidos de marca publicados por «influencers» en las redes sociales y las plataformas streaming en la «percepción» de los menores de edad sobre «los hábitos de alimentación y del aspecto físico», según señaló ayer en rueda de prensa el director de Promoción de la Salud de la Fundación Mapfre, Antonio Guzmán.

En este sentido, los adolescentes son conscientes de la relación que existe entre la alimentación y tener un cuerpo saludable, aunque resulta contradictorio el hecho de que la mayoría no hace lo que piensa. «Alrededor del 75-80% de los encuestados señalaron que para mantener un cuerpo saludable deben cuidar su alimentación mucho o bastante. Sin embargo, al preguntarles si ponían en práctica lo que decían, alrededor del 75% de la muestra reconoció cuidar su alimentación poco o ni mucho ni poco», declaró Beatriz Feijóo, la investigadora principal del estudio.

El análisis «Digital Fit: la influencia de las redes sociales en la alimentación y en el aspecto físico de los menores» ha sido elaborado a partir de una encuesta a 1.055 jóvenes de entre 11 y 17 años, que opinan que la publicidad es una «parte fundamental» del contenido de los «influencers», señaló Antonio Guzmán. Además, los menores reconocen que los mensajes publicitarios que reciben «con mayor frecuencia» tienen que ver con la moda, la cosmética y la belleza.

«Es especialmente relevante la presencia de presión publicitaria, de productos y servicios de fitness y gimnasios y de procedimientos de estética. Estamos hablando de menores de edad y estamos hablando de contenidos publicitarios», advirtió Beatriz Feijóo.

En este sentido, los contenidos que alientan a una buena alimentación entre los adolescentes «es la que menos se percibe», ya que el 45% consideró recibir publicidad de alimentos «poco saludables».

Sobre el ejercicio físico se observa una marcada diferencia por géneros, porque mientras que el 54,7% de los chicos confesaron ejercitarse bastante o mucho, este porcentaje desciende hasta 36,3% en el caso de las chicas. No obstante, ambos géneros consideran que para mantener un cuerpo sano hay que aumentar el tiempo dedicado al deporte (el 45% de las adolescentes frente al 51% de los chicos).

Al ser preguntados sobre si creen que los «influencers» publicitan productos, solo el 2% creyó que «no hacen publicidad», frente a un 38,9% que opina que hacen «bastante publicidad». Además, la opinión de los generadores de contenido sobre una marca «ayuda a decidirse por ella» al 46% de los jóvenes.

A este respecto, los «gamers» son los «influencers» más seguidos por los adolescentes (60%). Tik Tok (60%), YouTube (95%) e Instagram (57%) son las tres plataformas más seguidas.

Recomendaciones

El documento ofrece una serie de pautas para plataformas, marcas y creadores de contenido, así como para familias y educadores, para ayudar a identificar los contenidos publicitarios. Para los primeros, los autores recomiendan señalizar de forma explícita la naturaleza comercial de las colaboraciones para que los menores lo identifiquen como contenido pagado; implementar políticas propias en las plataformas para combatir la propagación de contenidos que vulneren a los menores, o crear y cumplir con políticas que prioricen contenidos enfocados en la salud mental y física de los usuarios.

Para familias y educadores sugieren escuchar qué influencers siguen los menores, qué contenidos les interesan, y comentar noticias y casos en casa y en la escuela. Además, subrayan la necesidad de consultar a profesionales de la salud para cuidarse, y dar la misma importancia a la salud mental y física del menor.