Aniversario
Cuando La Palma se convirtió en un infierno
Un año después de la histórica erupción del volcán de Cumbre Vieja, centenares de palmeros siguen sin poder regresar a sus casas: «Las ayudas no llegan»
Un repaso por la situación actual que vive la isla de La Palma tras un año de la erupción deja mucho que desear. Muchos damnificados aún no han recibido las ayudas prometidas por las diferentes administraciones, como es el caso de las prestaciones para el alquiler o el pago del Consorcio de Compensación de Seguros, entre otros refuerzos prometidos por las instituciones. Tampoco han llegado las viviendas prometidas, ni convencionales ni modulares. Más de 150 personas continúan viviendo en hoteles y otras cientos en casas de familiares o de alquiler sin una ayuda económica. La situación en Puerto Naos tampoco ayuda para el realojo de esas familias. Y es que, según los científicos, la costa del Valle sigue siendo «incompatible con la vida».
Sin embargo, La Palma puede decir que ha abierto diez caminos sobre las coladas que han permitido el realojo de más de 200 vecinos y vecinas, además de la apertura de la carretera de La Laguna-Las Norias en tan solo 76 días desde que dio por finalizada la erupción.
Juan Fernando Pérez, que además de afectado directo por la erupción volcánica es el presidente de la Plataforma de Afectados por el Volcán, asegura que, a pesar de los altibajos constantes de esta experiencia volcánica, «aún quedan fuerzas para seguir luchando, el mundo va a seguir y no se va a acabar por las mentiras que digan los políticos».
Juan Fernando defiende que todos los afectados viven una «situación de incertidumbre constante y lo que tenemos que lamentar es que algunas de las administraciones no están a la altura, no porque sean buenas o malas, sino porque quieren resolver lo de ellas solamente. En La Palma tenemos la desgracia de que no hay altura política, hay mucha mediocridad y la gestión está siendo fatídica».
«No han llegado las ayudas en muchísimos casos», asegura, y no lo han hecho por los requisitos que se exigen, ya para muchos palmeros son imposibles de cumplir. «Se están valorando todas las propiedades que se han perdido y a raíz de ahí se notifica si se resuelve o no la ayuda. La casuística de cada uno es única y hay muchísimas formas de saber que debajo de esa montaña de lava había una casa. Entendemos que es complicada toda la situación, pero para nosotros es peor».
Alexis Hernández, afectado por el volcán, manifiesta que «las soluciones no terminan de llegar un año después, hay que saber diferenciar entre lo importante y lo urgente, necesitamos menos palabras bonitas y más acción». «Estoy seguro de que a este paso los políticos van a conseguir que se despueble el Valle de Aridane».
Otra de las grandes preocupaciones que continúan desde que el 19 de septiembre del 2021 comenzó la erupción es la nula solución habitacional. A día de hoy, 192 personas continúan alojadas en hoteles de la Isla; solo se han entregado cinco viviendas modulares de las 30 que habían comprado en primera instancia, más 85 que se adquirieron después desde la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias. De las viviendas que se han prometido solo se han entregado 139 y fueron unas 500 las familias las que perdieron absolutamente todo.
Varios afectados también denuncian la disparidad de oportunidades entre unos y otros. «Hay algunos que ya tienen vivienda, una ayuda de alquiler o ya han cobrado el seguro. No entiendo por qué en algunos casos es sí y en otros no», apunta este vecino.
Negocios arruinados
La costa del Valle de Aridane continúa registrando altos niveles de gases un año después de la erupción. Cientos de vecinos que allí tenían su residencia han tenido que buscar una nueva ubicación o continúan alojados en los espacios hoteleros habilitados por la Institución insular. «Es una situación insostenible», apunta una empresaria cuyo negocio se encuentra en Puerto Naos.
A pesar de que hace unas semanas el Cabildo de La Palma anunciaba la apertura de la zona alta de este barrio, denominado Los Lajones, la realidad es que aún hay más de 5.000 camas turísticas que se encuentran en esta zona que continúan inutilizadas, además de la viviendas.
Empresarias como Carmen Gloria Martín, dueña del Beach Bar en Puerto Naos, afirman que se están «planteando abrir el negocio en otro lugar, debido a que se está alargando el periodo de exclusión y muchos días no podemos ni entrar al local a ventilar por la alta concentración de gases».
«Hay personas que piensan que no hay gases, pero yo he comprobado que sí hay. He visto animales muertos y he podido comprobar que la situación de los gases es real», afirma la empresaria tras su visita a Puerto Naos. En esta zona hay en torno a 80 o 100 empresas que continúan sin poder acceder a sus negocios a día de hoy. Números que suponen un alto porcentaje de los servicios que mantienen la economía de la isla.
Las reuniones con los vecinos y vecinas de las zonas costeras desalojadas no dejan de ser encuentros multitudinarios en donde los damnificados se encuentran frente a frente con el grupo político y científico que ha liderado la Emergencia este año.
Francisco Pulido, vecino de la costa y profesor de Física y Química, es un asistente habitual a estas citas entre afectados y personal técnico y afirma, sobre los informes que avalan que «la vida es insostenible en Puerto Naos y La Bombilla» que «no cuestionamos esos datos ni su origen. Si es por los datos esto seguirá así durante miles de años». «Esta ciencia no nos está ayudando. Yo esperaba que tendríamos sensores automáticos, agua y herramientas para convivir con el problema como en los montes albanos», confiesa.
Ventilación forzada
Después de un gran aplauso de la multitud, Nemesio Pérez, coordinador del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), solo aporta una solución al problema: «Medir, medir y medir gases. Y aplicar ventilación forzada».
El ambiente en esta segunda reunión con los vecinos de la costa afectados por la situación de los gases era, cuanto menos, una batalla campal entre eruditos y afectados. Otro vecino sostenía que «me niego a que mi futuro lo decidan personas cuyo trabajo es pasivo. Queremos soluciones».
La situación en materia de caminos y carreteras abiertas tras la erupción parece un panorama mucho más esperanzador que el del resto de acciones puestas en marcha por la Institución insular. Casi el 90% de las casas aisladas por las coladas se han recuperado gracias a la apertura de los caminos. Hasta el momento se han invertido alrededor de 10 millones de euros en recuperar carreteras; más otros dos millones en la retirada de ceniza.
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