Rotary Club Madrid Norte
Manuel Valentín Gamazo: «Nos ha perjudicado que nos confundan con los masones»
Los rotarios españoles, unos 4.000, reivindican su transparencia y que para entrar al Club sólo se exija la búsqueda de la ética personal y profesional
El Rotary Club nació en 1905 y llegó a España en 1920. Ahora son más de 4.000 los socios del club, que hace gala de su transparencia, honestidad y carácter de servicio. Desde siempre han querido distanciarse de los masones, con los que han sido confundidos en numerosas ocasiones. Para aclara dudas, hablamos con Manuel Valentín Gamazo, uno de sus miembros más ilustres.
¿Cómo nace el Rotary Club?
Paul Harris, abogado de Chicago, lo creó el 23 de febrero de 1905 como club de amistad y prestación de actividades de servicio a la comunidad. En 1916 ya existían clubes de Rotary en todos los continentes. Hoy somos unos 1,2 millones, agrupados en 35.000 clubes en 200 países.
¿Cuándo apareció en España?
El primer club se fundó en Madrid en 1920 con 21 socios. Se reunía en el Hotel Ritz, siendo el primer club de Rotary de la Europa continental. Entre sus miembros figuraban personajes como el escultor Mariano Benlliure, el compositor maestro Alonso, empresarios como Mahou, el catedrático Royo Vilanova y otros. Pronto se extendió Rotary en nuestro país, pero la guerra civil y el régimen posterior impidieron su continuidad. En 1977, bajo gobierno de UCD se refundó el Club Madrid, que se reunía en el Hotel Palace.
¿Cuál es la implantación?
En España somos ahora 4.000 miembros encuadrados en 200 clubes y agrupados en tres distritos. El número de miembros de cada club oscila: hay algunos con una docena y otros con treinta o cuarenta.
¿Y en el resto del mundo?
Con carácter previo quiero destacar la transparencia de Rotary. Cualquiera puede acceder a todos los datos de la organización vía Internet. Rotary tiene su sede central en Evanston, en el estado estadounidense de Illinois, y se estructura en seis zonas. España se integra en la de Europa-África con oficina en Zurich.
¿Quién puede pertenecer a él?
Hay tan sólo unos criterios generales, que se interpretan con flexibilidad. Desde su fundación en 1905 se entendió que los miembros de Rotary fueran profesionales, empresarios, altos funcionarios y similares, y que reunieran virtudes de honestidad y espíritu de servicio. Como digo, esto se interpreta con flexibilidad. En mi club ha habido médicos, sanitarios, abogados, un registrador de la propiedad, un catedrático de universidad, una farmacéutica, economistas, notarios, medianos empresarios, funcionarios, empleados municipales y de banca.
¿Cómo pudieron ingresar?
A los pretendientes les presenta algún miembro del club y se les pide un currículum, pero básicamente para conocerle. En mis treinta años en Rotary nunca se rechazó ninguna solicitud de ingreso. Lo importante es el que podríamos denominar el aval del socio que lo presenta. Y las mujeres tienen una presencia masiva en los clubs.
¿Cómo se eligen los cargos?
Rotary tiene una estructura plenamente democrática a todos los niveles. El mandato es tan solo por un año, no renovable. El año rotario va desde el 1 de julio hasta el 30 de junio del año siguiente. El presidente presenta el que podríamos denominar «su equipo», compuesto por un secretario, un tesorero y un macero, que es el que podríamos denominar el presentador y moderador de la reunión.
¿Cuál es una de las misiones principales del Presidente?
La de hacer recordar que algo muy importante es la amistad rotaria. Difícilmente podrá funcionar un club de quince o veinte personas, que se reúnen todas las semanas, si no son amigos.
¿Cómo son las reuniones?
No hay norma rígida sobre la forma, el momento, la duración y el desarrollo de la reunión. Hay clubes que desayunan, otros que comen y otros que cenan, o sencillamente se reúnen y toman unas tapas. Tampoco hay una norma sobre el lugar. En la mayor parte de los casos las reuniones se hacen hoteles, pero hay otras modalidades. Tenemos la costumbre de acordar con los titulares del local el que en la entrada del establecimiento se ponga la insignia del club, que es la rueda rotaria.
¿Realizan algún ritual?
La única formalidad de las reuniones es que el presidente haga una salutación al principio, con todos en pie, que no está sujeta a texto o formalidad alguna. En el local se coloca la bandera rotaria, que tiene la rueda rotaria sobre fondo blanco, y la de España, y el macero ordenará flexiblemente el desarrollo de la reunión. El Presidente tiene una campana y un mazo, que lo usa para dar comienzo y fin a la reunión o para pedir orden cuando hay un debate acalorado. Pero insisto en que se trata de una reunión de amigos.
¿Cómo se mantienen económicamente?
Los clubes pagan una cuota a Rotary International y otra al distrito, siempre en función al número de miembros, que es muy modesta. Los miembros pagamos la comida o cena a la que asistimos, y a partir de ahí cada Club funciona de distinta manera. No hay norma general. Igualmente Rotary, tanto Internacional como en el Distrito, nos pide esporádicamente aportaciones voluntarias para actividades concretas. Por ejemplo en este momento se está recaudando para acciones con los refugiados y para asistencia sanitaria en la guerra de Ucrania. Rotary International tiene para ello ya aportados 14,4 millones de dólares de su Fondo de Respuesta ante Catástrofes.
¿Cuál es su ideario político?
Rotary no tiene una ideología en sentido estricto sino principios éticos. A nadie se le pregunta por su ideología y mi experiencia personal es que he tenido compañeros de club que eran notoriamente partidarios de alguna ideología no compartida por los demás. Se suele predicar que esos principios son los de observar elevadas normas de ética en las actividades profesionales, el reconocimiento del valor de toda ocupación útil y la dignificación de la propia en beneficio de la sociedad. Se defiende asimismo la comprensión, la buena voluntad y la paz entre las naciones a través del compañerismo de las personas que en ellas ejercen actividades profesionales y empresariales, unidas en torno a un ideal de servicio.
¿Y el religioso?
No hay doctrina. He conocido a tres sacerdotes como socios. De hecho se colabora constantemente con la Iglesia católica. Hasta el arzobispo Jorge Mario Bergoglio fue nombrado rotario honorario por el Rotary de Buenos Aires en 1999 antes de ser el Papa Francisco.
¿Cuáles son las diferencias entre rotarios y masones?
Se ha difundido desde hace muchos años, y no solo en España, la especie de que el Rotary Club es una institución masónica.Unos lo dicen en el sentido de que es una asociación de ideas comunes a la masonería y otros incluso dicen que el Rotary Club es una institución filial de la masonería. Y nos confunden con ellos. Nada de eso es cierto. Desgraciadamente estas tesis han perjudicado y siguen haciéndolo al Rotary Club.
Por ejemplo, esta idea es la que llevó al tiempo de la posguerra española a la prohibición de los clubs rotarios, hasta el extremo de que desde la guerra Civil y hasta el año 1977 no se permitió el Rotary Club en España. Cuarenta años perdidos.
En los 30 años que llevo en Rotary jamás nadie me ha hablado de la masonería, ni he conocido a ningún miembro de Rotary que se confesara masón. ¿Qué hay masones en Rotary? No lo dudo, como los hay en la Iglesia, en la judicatura, en el ejército, en la enseñanza, etcétera. Pero yo no los he conocido en Rotary, desde luego.
Pero la idea de similitudes entre ambas organizaciones costará irla eliminando, ¿no le parece?
Primero, quien sostenga la tesis de la conexión rotary/masonería debe observar que Rotary es pura transparencia, lo contrario de la masonería que es una sociedad secreta, y prueba de ello es que si hay algún masón en Rotary se lo tiene callado y está «infiltrado».
La neutralidad ideológica de Rotary no es lo mismo que las tesis masónicas que, o son nihilistas, o tienen una doctrina muy elaborada. También carece de toda prueba que el Rotary Club sea el primer paso para entrar en la masonería porque conozco masones que no han pasado por Rotary y porque en tantos años de mi vida en Rotary y haber tratado con cientos de rotarios y de clubes algún masón habría reconocido.
Otra diferencia es que un principio básico de Rotary es que nunca ningún rotario concedería un favor o un beneficio a un rotario que no le haría a un no rotario. Es decir, Rotary no es un «fraternidad» obligatoria, pues no hay aquí disciplina alguna de ayuda a otro rotario tan solo por el hecho de serlo.
Muy al contrario de las logias masónicas donde la fraternidad es rígida, y al parecer todo masón está obligado a favorecer a un «compañero». Además, si fuésemos masones no tendríamos la colaboración y la cooperación con las obras de la Iglesia Católica que llevamos, que sería inimaginable en una logia.
¿Cuál espera que sea el futuro de Rotary en España?
Es verdad que el Rotary Club tiene mucha influencia estadounidense, en donde a diferencia de la mentalidad continental europea el servicio a la comunidad no pertenece a las instituciones públicas sino a la actividad privada. En Europa le exigimos al Estado que resuelva las carencias en las necesidades públicas, y por ello no hay tanta vocación de servicio a la comunidad.
Para eso pagamos impuestos, solemos decir. Ello no obstante la conexión de la amistad con el servicio a los demás es original y atractivo. Porque el Estado no es eficaz y no llega. Creo que los de Rotary, que es la mayor ONG del mundo incluso con estatus consultivo en las Naciones Unidas, seguimos teniendo un claro espacio.
Muchos al levantarse cada mañana y mirarse en el espejo para afeitarse se preguntan: ¿qué he hecho ayer ante el cúmulo de desgracias que nos rodean? Y me acuerdo de mis amigos y pienso que todo se hará mejor acompañado por ellos.
Yo a las gentes de bien que me pregunten por Rotary les contestaría, si son veteranos, que este Club es buen lugar para hacer buenos amigos en la madurez y con ellos hacer algo de lo que nos abruma, y si son jóvenes les diré que con nosotros tienen la oportunidad de hacer algo ante las calamidades que aparecen cada día en los telediarios y en las portadas de los periódicos. O sea, la amistad y la acción.
«Vocación de servicio a la comunidad»
«Nuestra función responde a una vocación de servicio a la comunidad que cristalizan en los proyectos que los clubes están conminados a promover y que cubren una ilimitada posibilidad de acción. Veamos dos extremos, uno sería el caso del Club de Salamanca, que montaron entre nueve rotarios un plan de acompañamiento de ancianos sin ayuda familiar a vacunarse del covid. En total se implicaron nueve rotarios y dedicaron en total 320 horas.
El otro extremo sería el del Club Serrano de Madrid, que ha concertado los servicios de un Barco Hospital para asistencia sanitaria en países del tercer mundo. Cada uno lo que puede. En mi club, el Rotary Club Madrid Norte se montó el abastecimiento de cien toneladas de patatas, que estaban destinadas a su destrucción en otra provincia por la caída de los precios, a parroquias de la Iglesia que servían comidas en barrios marginales de Madrid durante el covid. Así que todo vale. Unos rotarios aportan su servicio personal y otros su capacidad económica».
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