Día Mundial

La revolución molecular acorrala al cáncer de pulmón

El diagnóstico precoz y el uso de biomarcadores permite actuar con mayor eficacia

y mejorar la supervivencia

Radiografía del cáncer de pulmón
Cifras del cáncer de pulmónA. CruzLa Razón

Las cifras no dejan lugar a dudas. El cáncer en España aumenta debido a varios factores que juegan en nuestra contra, como el envejecimiento de la población y la exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo. En concreto, se estima que en nuestro país habrá 286.664 casos de cáncer durante 2024, lo que significa un 2,6% más que en 2023, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Y de todos ellos el carcinoma de pulmón será uno de los más frecuentes, pues se calcula que se diagnosticarán 32.768 nuevos casos, tan solo superado por el de colon y recto y el cáncer de mama.

Sin embargo, sí hay una estadística en la que el cáncer de pulmón alcanza un negro primer puesto, ya que se trata del tumor que provoca mayor número de fallecimientos en nuestro país, con unas 23.000 muertes anuales, y apenas un 15% de supervivencia a los cinco años. «El motivo detrás de esta dura cifra es que más del 70% de los casos se encuentra en fase avanzada en el momento del diagnóstico, ya que el cáncer de pulmón no suele mostrar síntomas de alarma hasta que no es demasiado tarde», advierte el doctor Mariano Provencio, jefe de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP). En este contexto, sobran los motivos para ahondar en la concienciación de este tumor, tal y como se defiende en el Día Mundial del Cáncer de Pulmón, que se celebra en todo el mundo cada 17 de noviembre.

Una reivindicación a la que también se añade el aspecto psicosocial, ya que, tal y como reclama Bernard Gaspar, presidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP), «el estigma que acompaña a los pacientes con esta enfermedad sigue siendo muy fuerte. En este caso, a la incertidumbre y el miedo propio por un diagnóstico así, se unen la culpa en el caso de haber sido fumador y la incomprensión de entender el porqué en quienes nunca han fumado. Esta losa emocional es dura de llevar y por eso hace falta mayor apoyo y concienciación social con los afectados. Queremos visibilizar la enfermedad para que el resto de la sociedad vea que cáncer de pulmón no siempre es sinónimo de muerte».

Horizonte halagüeño

A pesar del complejo escenario que marcan las estadísticas, la realidad es que el horizonte del cáncer de pulmón resulta halagüeño gracias a la revolución científica e investigadora que se ha producido en los últimos años, lo que permite mirar con optimismo el futuro. Para ello, el diagnóstico molecular y la determinación de biomarcadores resultan fundamentales para mejorar las decisiones terapéuticas, lo que está revolucionando el abordaje de la enfermedad, a pesar de que, tal y como denuncian los expertos del GECP, el acceso a estas herramientas todavía resulta desigual en el territorio español.

«En la actualidad, las cifras de supervivencia de este tumor siguen siendo muy bajas. Sólo el 30% de los diagnosticados seguirá vivo a los cinco años, pero se está logrando un incremento progresivo del 1,5% anual de la supervivencia en todos los estadios de la enfermedad, siendo fundamentales la personalización e integración de tratamientos. Debemos seguir mejorando las herramientas de diagnóstico y tratamiento, especialmente en los pacientes con enfermedad avanzada», reclama el doctor Provencio. De hecho, tal y como insiste el especialista, «el aumento de supervivencia observado en los últimos años en los estadios más avanzados del cáncer de pulmón ha sido debido, entre otros motivos, al desarrollo de terapias dirigidas. La determinación de genes accionables es una necesidad en cáncer de pulmón para una correcta práctica asistencial».

Radiografía del cáncer de pulmón
Radiografía del cáncer de pulmónA. CruzLa Razón

Poner apellido al tumor

Si hay algo que ha revolucionado el panorama del cáncer de pulmón en nuestro país es la incorporación de los últimos avances científicos. En este sentido, el doctor Provencio hace hincapié en «la identificación de marcadores moleculares con terapia dirigida específicamente contra determinados tumores, ya que esto ha cambiado drásticamente el tratamiento y el pronóstico de los pacientes, tanto cuando se trata de un tumor localizado o de diagnóstico precoz, como cuando hablamos de uno avanzado o metastásico, donde las terapias dirigidas ya se han incluido dentro del tratamiento en esas situaciones».

La realidad es que el cáncer de pulmón no es una única enfermedad. Todo lo contrario, pues se ha demostrado que cada subtipo exige un abordaje concreto. «El hecho de que identifiquemos diferentes biomarcadores moleculares, es decir, que le pongamos el apellido concreto al tumor, hace que se vayan creando diferentes subtipos de cáncer. Esto es muy bueno, porque nos ha ayudado a identificar mejor los tumores con características propias y, por tanto, a actuar de una manera mucho más precisa según las particularidades de cada uno de ellos. Son tumores distintos, con comportamientos diferentes, por lo que no tiene sentido atacarlos a todos de la misma manera. Tener los biomarcadores moleculares nos permite ir a la diana concreta con mayor eficacia», explica el presidente del GECP.

En este sentido, según el último informe elaborado por el GECP en su Observatorio de Cáncer de Pulmón (OCP), un 81,2% de los pacientes en estadios avanzados accede a algún tipo de determinación genética. «A pesar de que hasta hace pocos meses no existía un marco regulatorio y de que su incorporación en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) es reciente, nuestro país se encuentra al nivel de los países de su entorno en el uso de biomarcadores. Eso sí, la mayor parte de nuestros pacientes han accedido a ella gracias al voluntarismo de los profesionales, sin que existieran guías de acceso comunes», detalla el doctor Provencio, quien hace hincapié en que «todavía queda un grupo de pacientes a los que no se le hace el estudio de biomarcadores y esto hay que mejorarlo. Su empleo se debe incorporar como una cuestión más, al igual que se realiza una analítica general para saber si existe anemia, hay que hacer el estudio de los biomarcadores de forma exacta para saber qué tipo de tumor de pulmón se tiene y cómo abordarlo». Y así lo denuncia también Gaspar, quien recuerda que «hay pacientes con biomarcadores que todavía no tienen la posibilidad de acceder a fármacos que podrían mejorar su pronóstico. Eso crea mucha inequidad y una incertidumbre que merma la calidad de vida de los afectados».

Otro pilar importante del revolucionario desarrollo clínico que vive el cáncer de pulmón se basa en el empleo de la inmunoterapia, «ya que existen múltiples fármacos dirigidos a modificar el sistema inmune y convertirlo en un arma contra el tumor, lo que ha logrado cambiar el paradigma de la enfermedad», asegura el presidente del GECP. Y ahí no termina todo, ya que, tal y como explica el doctor Provencio, «en los últimos años se han desarrollado anticuerpos biespecíficos que han mejorado los resultados previos. Por todo ello, lo cierto es que ha habido una verdadera revolución terapéutica que nos permite ser optimistas».

Los avances quitan piedras del duro camino que cruzan los pacientes con cáncer de pulmón, pero la travesía sigue siendo compleja y muy sacrificada. «La parte científica la tenemos más o menos cubierta, pero falta apoyo para mejorar la parte emocional, social, laboral... Todo eso no está bien resuelto por el SNS y somos las asociaciones de pacientes las que cubrimos esas necesidades de los pacientes oncológicos, intentando que los afectados no vean mermada su calidad de vida. Por eso hace falta que también se recete asociacionismo», insiste el presidente de AEACaP.

Diagnóstico precoz

El reto pendiente es mejorar el diagnóstico precoz. El tabaquismo está detrás de más del 85% de los tumores de pulmón, por lo que su reducción es una prioridad para prevenir la enfermedad. «Hay que dejar de fumar y para eso hace falta mejorar la educación y aumentar la concienciación para que los jóvenes no se inicien en el hábito del tabaquismo», defiende el presidente de AEACaP. Estas políticas de salud pública con acciones preventivas deben complementarse con programas de cribado que permitan diagnosticar en fases tempranas estos tumores para aumentar las tasas de supervivencia, ya que, «en un paciente diagnosticado en estadio inicial, la supervivencia a cinco años puede superar el 90%, mientras que en estadio IV puede ser inferior al 10%. Por lo tanto, el diagnóstico precoz es muy importante para los pacientes con cáncer de pulmón. Cada minuto cuenta para mejorar el pronóstico», insiste el presidente del GECP. En este sentido, el doctor Provencio recuerda el potencial del proyecto Cassandra, «que combina la prevención primaria, mediante la deshabituación tabáquica, y la prevención secundaria, con programas de cribado mediante tomografía computarizada de baja dosis de radiación para fumadores y exfumadores que cumplan los criterios de inclusión».

Para confirmar el optimismo en el abordaje de esta enfermedad hace falta que, además, se avance en dos de los grandes retos pendientes: «El acceso rápido a los fármacos innovadores para los pacientes tras aprobarse a nivel europeo. Esto es clave porque salva vidas. Y, en segundo lugar, que el sistema sanitario se adapte a los cambios, pues hace falta que se entienda que apostar por estas nuevas herramientas diagnósticas y terapéuticas no es un gasto sino una inversión», asegura el doctor Provencio. Una idea que también refrenda Gaspar, quien insiste en que «sabemos que la investigación es lo que realmente nos da la esperanza de vivir. Confiamos en que los nuevos tratamientos logren cronificar la enfermedad, pero para eso hace falta impulsar la ciencia y aumentar el presupuesto en investigación».

Más años de vida

Según los datos del GECP, la supervivencia de los pacientes de cáncer de pulmón podría haber aumentado en los últimos 10 años más que en las cuatro décadas que van desde 1970 a 2010. Si en 1973 solamente un 10% de los afectados con estos tumores sobrevivían más de cinco años, y en 2010 este porcentaje era de un 19%, algunos estudios estiman que actualmente casi un 40% (37% en hombres y 41% en mujeres) de los pacientes superan los cinco años tras ser diagnosticados.

La radiografía realizada por el GECP dibuja el perfil del paciente con cáncer de pulmón de una forma bastante determinante. En concreto, las cifras del Registro de Tumores Torácicos con datos clínicos de 31.587 pacientes procedentes de 89 centros hospitalarios de toda España permiten hablar de un varón, fumador, con edad media de 60 años y enfermedad avanzada en el momento del diagnóstico. «No obstante, observamos algunas tendencias preocupantes, lo que muchas veces vemos día a día en consulta, como el aumento de casos en mujeres, más porcentaje de pacientes de mediana edad y la prevalencia año tras año del tabaquismo como principal tóxico asociado a esta patología», lamenta el doctor Provencio. Así, el análisis del perfil del paciente incluido en el Registro pone de relieve el incremento que se ha producido en la incidencia de la patología en mujeres. A pesar de que la mayoría de los casos corresponde a hombres (un 73,6%), ellas ya representan uno de cada cuatro casos de cáncer de pulmón (27%), en la senda de crecimiento augurada por los expertos. Un incremento que los especialistas del GECP atribuyen a la incorporación de la mujer al hábito tabáquico.