Neurociencias
Tu cerebro es de izquierdas o de derechas. La orientación política depende de la estructura cerebral
Los factores más influyentes son la cantidad de materia gris y el tamaño de la amígdala.
A lo largo de las últimas décadas, muchos científicos se han centrado en la estructura cerebral para señalar diferencias entre, por ejemplo, hombres y mujeres, detectar delincuentes o demostrar la influencia de ciertas profesiones, como los taxistas, que cuentan con regiones más desarrolladas debido a una mayor memoria. Pero también hay otra diana de interés para los expertos: la relación entre política y la estructura cerebral.
]] habían identificado influencias biológicas en la orientación política, unos influjos que también interactúan con el entorno social. Se ha comprobado, por ejemplo, que la orientación política durante la juventud, [[LINK:EXTERNO" target="_blank">https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22282583/"> a una interacción entre un gen receptor de la dopamina (vinculado con la búsqueda de novedades) y la amistad: en los más jóvenes las elecciones están condicionadas por sus pares. Pero también hay aspectos cerebrales, no solo genéticos, implicados en nuestras inclinaciones políticas. Así lo señalaba en 2011 un estudio, [[LINK:EXTERNO|||https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3092984/">]] que mencionaba una relación entre la estructura cerebral y los votantes conservadores o liberales.
Ahora, un nuevo estudio, publicado en Cell, confirma estos hallazgos al detectar que los votantes conservadores tienen amígdalas ligeramente más grandes que los progresistas. El equipo, liderado por Diamantis Petropoulos Petalas, utilizó el estudio de Current Biology, pero amplió más de 10 veces la muestra al contar con unos 900 voluntarios.
Los resultados confirmaron que el tamaño de la amígdala se puede asociar con sus opiniones políticas. Las diferencias anatómicas en esta región variaban según la ideología económica y social de una persona.
“Fue realmente una sorpresa que pudiéramos replicar el hallazgo de la amígdala – explica Petropoulos Petalas -. Sinceramente, no esperábamos replicar ninguno de estos hallazgos”.
El equipo de Petalas se basó en imágenes de resonancia magnética cerebral de 928 personas de entre 19 y 26 años cuyos niveles de educación e identidades políticas eran representativos de la población holandesa, una muestra más diversa que la del estudio previo. Mientras el primero recurrió a voluntarios del Reino Unido (liberales o conservadores), los Países Bajos tienen un sistema político multipartidista.
A esto hay que sumarle que Petalas analizó la “ideología” de los participantes desde varios ángulos, incluida su identidad política y su postura sobre cuestiones socioeconómicas, lo que les permitió comparar las estructuras cerebrales a lo largo de diferentes dimensiones del espectro político.
Luego se compararon las imágenes cerebrales con un cuestionario sobre la inclinación política de los participantes, que incluía preguntas sobre su identidad social y económica y preguntas relacionadas con su ideología social y económica.
“Vemos la ideología como un producto complejo y multidimensional; que incluye diferentes actitudes sobre cuestiones sociales y económicas, así como la identificación con ideales progresistas o conservadores; en realidad no se trata solo de la izquierda o la derecha - añade Petalas -. La amígdala controla la percepción y la comprensión de las amenazas y la incertidumbre del riesgo, por lo que tiene mucho sentido que las personas que son más sensibles a estos temas tengan mayores necesidades de seguridad, que es algo que generalmente se alinea con ideas más conservadoras en política”.
La asociación entre el tamaño de la amígdala y el conservadurismo también dependía del partido político con el que se identificaba el individuo; por ejemplo, los participantes que se identificaban con el partido socialista, que tiene políticas económicas radicalmente de izquierda, pero valores sociales más conservadores, tenían en promedio más materia gris en la amígdala.
“Los Países Bajos tienen un sistema multipartidista, con diferentes partidos que representan un espectro de ideologías, y encontramos una correlación positiva muy agradable entre la ideología política de los partidos y el tamaño de la amígdala del voluntario - confirma Petropoulos -. Eso habla de la idea de que no estamos hablando de una representación dicotómica de la ideología en el cerebro, como republicanos versus demócratas en los EE. UU., sino que vemos un espectro más detallado de cómo la ideología política puede reflejarse en la anatomía del cerebro”.
Las imágenes también permitieron señalar una asociación entre el volumen de materia gris en el giro fusiforme derecho, una región en el lóbulo temporal que es esencial para las funciones visuales y cognitivas, y el conservadurismo económico y social.
“Estas regiones tienen que ver con el reconocimiento facial, por lo que tiene sentido que puedan estar involucradas cuando uno está pensando en cuestiones políticas, porque las cuestiones políticas a menudo nos recuerdan a las personas políticas que representan la ideología en esas cuestiones – explica el estudio -. El simple recuerdo del rostro de un político, por ejemplo, puede hacer que el giro fusiforme se ilumine un poco”.
Para Petalas aún queda mucho por investigar en este apartado y propone “centrarse más en las redes de conectividad funcional y los estudios de sincronía neuronal: cómo se organizan y sincronizan las redes cerebrales entre individuos, y si existen diferencias en esta sincronización cuando individuos con diferentes ideologías políticas consumen contenidos similares”.
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