Estudio
Tsunami de miopes en 2050: ¿Por qué las adolescentes sufrirán más este defecto de la visión que los chicos?
Más de 740 millones de menores en el mundo verán los objetos a distancia borrosos en 2050. Ser niña, vivir en una zona urbana o del este Asia influye. El nivel educativo, también
Uno de cada tres niños y adolescentes en el mundo es miope, y se estima que la prevalencia mundial de miopía superará los 740 millones de casos en 2050 en este grupo de edad, según un análisis de datos agrupados de la evidencia disponible, publicado en línea en el "British Journal of Ophthalmology".
Los resultados indican que el sexo femenino, la residencia en el este de Asia o en una zona urbana y el nivel educativo parecen ser factores clave que influyen en la prevalencia. Pero, ¿por qué?
La miopía, es decir, la dificultad para ver objetos o personas a distancia, suele comenzar en la primera infancia y tiende a empeorar con la edad. Percibir borrosos los objetos lejanos se debe a que la imagen se forma delante de la retina, bien porque la córnea, el cristalino o ambos son muy potentes, o bien porque el ojo es más largo de lo normal.
Pese a tratarse de un importante problema de salud pública, la revisión global más reciente de su prevalencia hasta la fecha solo llegó hasta 2015.
Con el fin de obtener una visión global más actualiza, con vistas a informar las políticas de atención médica y los esfuerzos preventivos, los investigadores estimaron la prevalencia actual y futura de la miopía hasta 2050 entre los jóvenes de 5 a 19 años.
Se basaron en todas las investigaciones y los informes gubernamentales pertinentes publicados hasta junio de 2023. Incluyeron un total de 276 estudios, que involucraron a 5.410.945 niños y adolescentes y 1.969.090 casos de miopía, de 50 países de Asia, Europa, África, Oceanía, América del Norte y América Latina.
Tras esta recopilación, su análisis reveló una prevalencia general más del triple entre 1990 y 2023, aumentando del 24% en 1990-2000 al 25% en 2001-10, seguida de aumentos mucho más pronunciados del 30% entre 2011 y19 y del 36% entre 2020 y 23, equivalente a alrededor de 1 de cada 3 niños y adolescentes.
Si bien la prevalencia entre los adolescentes superó a la de los niños, alcanzando un máximo del 54% durante 2020-23, el aumento absoluto de miopía entre los niños entre 1990 y 2023 fue casi el doble que entre los adolescentes.
La prevalencia fue significativamente mayor en los países de ingresos bajos y medios que en los de ingresos altos, y fue más alta en Japón y más baja en Paraguay entre 1990 y 2023.
Ciertos factores se asociaron con una prevalencia más alta, en particular la residencia en el este de Asia (35%) o en zonas urbanas (29%), el sexo femenino (34%), la adolescencia (47%) y la educación secundaria (46%).
A tenor de las cifras y tendencias hasta 2023, los investigadores proyectaron que la prevalencia global de la miopía alcance alrededor del 40% para 2050, superando los 740 millones de casos, frente a los 600 millones en 2030, estiman.
Se espera que sea mayor entre las niñas y las mujeres jóvenes que entre los niños y los hombres jóvenes: 33% frente a 31% en 2030; 40% frente a 35,5% en 2040; y 42% frente a 37,5%, respectivamente, en 2050.
Y se estima que será significativamente mayor entre los jóvenes de 13 a 19 años que entre los de 6 a 12 años, con tasas proyectadas de 43% frente a 21% en 2030, 49% frente a 24% en 2040 y 52,5% frente a 27,5%, respectivamente, en 2050.
A su vez, los países de ingresos bajos y medios tendrán una prevalencia más alta que los países de ingresos altos, con una tasa proyectada del 41% para 2050. En concreto, se espera que Asia tenga la prevalencia más alta de todas, con tasas del 52% en 2030, del 62% en 2040 y del 69% en 2050.
Los investigadores sugieren que la pandemia puede haber influido en el marcado aumento posterior a 2020. “La evidencia emergente sugiere una posible asociación entre la pandemia y el deterioro acelerado de la visión entre los adultos jóvenes”, afirman en un comunicado del estudio.
Como explicación de las diferencias geográficas, sugieren que las personas en el este y el sur de Asia han experimentado un rápido desarrollo económico junto con el aumento más pronunciado en la prevalencia de la miopía.
“La elevada incidencia de miopía observada en la población asiática, particularmente entre los niños más pequeños, en comparación con otras regiones, podría explicar potencialmente la disparidad étnica observada”, afirman en el comunicado.
“Además, se ha observado una correlación entre la duración de la educación y la aparición de miopía, lo que sugiere que la implementación temprana de la educación formal en ciertas naciones del este de Asia podría servir potencialmente como un elemento contribuyente”, añaden.
“Por el contrario, las poblaciones africanas presentan una menor prevalencia de miopía, probablemente atribuida a menores tasas de alfabetización y al inicio tardío de la educación formal, que suele ocurrir entre los 6 y los 8 años de edad para la mayoría de los niños”, explican.
Las diferencias de prevalencia por sexo también podrían explicarse por el hecho de que las niñas alcanzan la pubertad más rápido que los niños y tienden a pasar menos tiempo al aire libre y más tiempo en actividades de corto alcance, sostienen los investigadores, que hacen hincapié en la importancia de fomentar una mayor cantidad de actividad física y menos tiempo frente a las pantallas para todos los niños y adolescentes.
Y urge. En España, los niños y adolescentes de entre ocho y 16 años dedicaron 20 minutos más entresemana al uso de pantallas en 2022 con respecto a 2021, mientras que redujeron en casi siete minutos el tiempo dedicado a hacer deporte cada día respecto a 2019, según el estudio «Pasos 2022» elaborado por la Fundación Gasol. Una tendencia que va en aumento. Así, en 2019 los menores usaban menos tiempo los dispositivos electrónicos que en 2022: 21 minutos menos entresemana y 12 menos los fines de semana.
Un aspecto que también refleja el documento de Ontsi: el 44,6% de estudiantes reconoce que las pantallas les quitan tiempo de estudio, otros que han dejado el deporte y un 12,9% que han reducido el tiempo dedicado a salidas culturales.
“A pesar de estas limitaciones conocidas, dado el gran tamaño de la muestra incluida, se considera que nuestras estimaciones de la prevalencia de la miopía están cerca de la cifra precisa”, escriben, y añaden: “Es fundamental reconocer que la miopía puede convertirse en una carga sanitaria mundial en el futuro”.