Opinión
Las pruebas de detección de enfermedades sí son rentables
La cohesión y la equidad brillan por su ausencia en el anquilosado y depauperado SNS
Al igual que sucede con los nuevos medicamentos, cuya incorporación al Sistema Nacional de Salud (SNS) se produce con más de 600 días de retraso desde que son aprobados por Europa, las pruebas de detección precoz de enfermedades son otro de los grandes talones de Aquiles del modelo sanitario público español.
El problema con ellas es doble. Por un lado, hay una evidente falta de uniformidad territorial, que se traduce por ejemplo en que en algunas autonomías arrancan antes que en otras y se practican con diferentes intervalos de tiempo, dependiendo de la decisión de cada Consejería. Un contrasentido que, comparativamente, perjudica a algunos pacientes y beneficia a otros. La cohesión y la equidad brillan una vez más por su ausencia en el anquilosado y depauperado SNS.
El otro grave problema es el economicismo que rige a la hora de implementar varios de esos programas y que algunas autoridades, con el objetivo de arañar unos euros de ahorro que luego dilapidan en naderías, justifican con el viejo argumento del coste y de la eficacia. En uno de sus brillantes artículos, el experto Juan Abarca ahonda en el grave problema del cribado de cáncer de pulmón y recuerda que, según un informe solicitado por el Ministerio de Sanidad a un par de agencias y consejos autonómicos, en nuestro país no es posible realizar un cribado para el tumor de pulmón por medio de tac de baja dosis de radiación «porque no es una opción rentable para el SNS». Cada año, este tumor acaba con la vida de 22.000 personas, y dos estudios europeos subrayan que dichos programas reducen por sí mismos la mortalidad causada por este cáncer en más de un 25%. ¿Es serio ponerles trabas y presumir, al mismo tiempo, de la Sanidad pública? No lo parece.
✕
Accede a tu cuenta para comentar