Entrevista

«Las prótesis colocadas a través de catéter llegarán cada vez a más pacientes»

"El objetivo futuro del implante percutáneo es que el paciente no precise reemplazar la válvula", afirma a la sección "10 preguntas" el doctor José Ángel Cabrera, jefe del Servicio de Cardiología de los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo

Dr. José Ángel Cabrera
Dr. José Ángel CabreraQUIRÓNSALUDLA RAZÓN

1. Dificultad para respirar, dolor torácico… son algunos de los síntomas de la estenosis aórtica. Pero no siempre da señales. ¿En qué consiste?

La válvula aórtica es responsable de que el flujo de sangre arterial que expulsa la sangre del corazón llegue a los órganos y tejidos. Y la estenosis de esta válvula consiste en un estrechamiento del orificio de la válvula, generalmente debido a la calcificación o degeneración de la misma y que evoluciona con la edad. Si el grado de estrechamiento o estenosis progresa, también lo hacen los síntomas y podría generar un problema irreversible incluso la muerte. En fases iniciales los síntomas pueden ser leves o incluso el paciente puede ser asintomático.

2. ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico puede iniciarse en pacientes incluso asintomáticos al detectarse en una exploración cardiológica «un soplo» en el corazón. En estas situaciones, la realización de un ecocardiograma-doppler confirma el diagnóstico. La estenosis aórtica degenerativa asociada a la edad constituye el diagnóstico con mayor incidencia de todas las válvulas del corazón.

3. En cuanto al tratamiento, ¿qué opciones hay y para qué casos?

Los pacientes que han sido diagnosticados de estenosis valvular aórtica severa sintomática con indicación de actuar sobre la válvula pueden seguir el tratamiento tradicional: sustitución de la misma por una válvula artificial mecánica o biológica. Esta intervención se realiza con el corazón parado y circulación extracorpórea. Una segunda opción es la implantación de una válvula aórtica por vía percutánea; esta opción ha ido mostrando sus beneficios frente a la cirugía cardíaca en pacientes con estenosis aórtica sintomática.

4. Quirónsalud Madrid fue el primer centro médico privado del país en implantar una válvula aórtica por vía percutánea en 2012. ¿En qué consiste?

La TAVI –implante de la válvula aórtica transcatéter– es un proceso intervencionista no quirúrgico en el que se inserta una nueva válvula cardíaca artificial o prótesis metálica a través de un catéter en vez de a través de cirugía abierta. El procedimiento podría equipararse a colocar una prótesis conocida como stent en una arteria. Consiste en dirigir mediante un catéter la válvula artificial plegada al lugar donde se encuentra la válvula nativa dañada. Una vez en la posición correcta, se expande sustituyendo a la válvula defectuosa. La nueva válvula es la encargada de controlar el flujo sanguíneo de forma correcta. Desde nuestras experiencias iniciales la TAVI ha cambiado drásticamente el tratamiento de la estenosis aórtica durante la última década, siendo la válvula cardíaca más tratada de todas, tanto quirúrgica como percutáneamente.

5. ¿Cada cuántos años hay que volver a reemplazar la válvula?

En los que se hace sustitución quirúrgica de la válvula por una artificial biológica el deterioro de la misma implica una nueva intervención de reemplazo valvular que los cirujanos pueden hacer con seguridad y sin presentar un alto riesgo quirúrgico. En estos casos, la TAVI también podría ser una alternativa. El objetivo del implante percutáneo es que el paciente no precise en el futuro reemplazar la válvula.

6. Hace más de 10 años se recomendaba solo para casos graves. Hoy ya no es así. ¿Por qué?

Es la técnica de intervencionismo estructural cardíaco más extendida. En pocos años, se indicó a pacientes con riesgo quirúrgico intermedio y, más recientemente, gracias a los resultados de los estudios «Partner 3» y «Evolut Low Risk», se ha abierto esta indicación para pacientes de bajo riesgo. Estos ensayos demostraron que la TAVI fue no inferior a la cirugía con datos de seguimiento disponibles de cuatro a 10 años.

7. ¿Qué complicaciones pueden producirse durante la misma?

Aunque la TAVI tiene sus riesgos, ya desde sus fases iniciales se mostró como una alternativa segura a pacientes que no eran candidatos para el reemplazo de la válvula por implicar un riesgo quirúrgico excesivamente elevado. De hecho, las prótesis colocadas a través de catéter llegarán cada vez a más pacientes. Las complicaciones vasculares en los accesos al corazón son cada vez menores, pero continúa el riesgo de indicación de marcapasos por la proximidad de la zona en la que implantamos la prótesis aórtica. Estoy seguro de que con el tiempo seremos capaces de identificar con precisión los pacientes con mayor riesgo de requerir marcapasos y resolver así este problema.

8. ¿Qué beneficios y cómo es la recuperación de la TAVI frente a la intervención quirúrgica?

No generamos un trauma en el tórax al no requerir una intervención sobre el esternón y someter al corazón a una circulación extracorpórea. El riesgo de la intervención, la duración del procedimiento y estancia en el hospital es menor, lo que implica también menor riesgo de infección. Y los tiempos de recuperación son más cortos.

9. ¿En qué casos sigue sin recomendarse esta técnica?

Es preciso esperar a más ensayos clínicos aleatorizados para recomendar el implante de TAVI en pacientes jóvenes de bajo riesgo con el diagnóstico de valvulopatía aórtica bicúspide a tenor de los resultados del ensayo clínico «Notion-2». En el momento actual, la cirugía sigue siendo mejor opción terapéutica en pacientes operables con válvula aórtica bicúspide. La presencia de insuficiencia aórtica severa implica también un análisis diferente en las indicaciones.

10. ¿Cuál es el futuro del tratamiento de esta patología? ¿Sustitución de otras válvulas del corazón?

La indicación en pacientes con bajo riesgo quirúrgico controlando los riesgos de implante de marcapasos y complicaciones de acceso vascular serán claves en los próximos años. El desarrollo de nuevos diseños de prótesis ayudará en este proceso. El tratamiento percutáneo de patologías valvulares tricúspide y mitral constituye hoy un campo de enorme desarrollo en la Cardiología intervencionista.