Opinión
Las listas de espera, una vergüenza nacional
Hace seis años, la demora media era de 93 días. Ahora, alcanza los 121
Las listas de espera diagnósticas y quirúrgicas se han convertido en una auténtica vergüenza nacional. Desde que Pedro Sánchez llegó al poder tras prosperar su moción de censura contra Mariano Rajoy, el número de pacientes pendientes de una operación en España ha crecido en 264.322. En junio de 2018 se contabilizaban 584.018 enfermos en esta situación. En junio de este año, la cifra ascendía ya a 848.340. Pero más grave aún que el frío dígito, es el tiempo que han de aguardar los enfermos para someterse a una cirugía. Hace seis años, la demora media era de 93 días. Ahora, alcanza los 121. Este pésimo cuadro –tras el que hay rostros concretos y verdaderos dramas–, da una dimensión exacta del peligroso rumbo que han tomado los servicios públicos en nuestro país desde que gobierna el socialcomunismo.
Las razones son múltiples: por un lado, existe una clara infrafinanciación pública. Por otro, una inhibición inexplicable del Ejecutivo ante lo que ocurre. Y, por último, una pésima gestión que no es únicamente imputable al Gobierno o a las autonomías, sino a todas las administraciones, aunque hay que efectuar aquí la precisión de que durante tres cuartas partes de ese tiempo que lleva Sánchez en el poder la mayor parte de las comunidades ha estado en manos de gobiernos de izquierdas.
A pesar del empeoramiento sanitario general en la respuesta a la demanda de los enfermos, el Ministerio de Sanidad no ha hecho nada, pese a que PSOE y Sumar formalizaron en octubre de 2023 un compromiso de «acabar con las listas de espera en la sanidad pública, estableciendo por ley unos tiempos máximos». Un año después, la promesa sigue sin cumplirse y Mónica García y sus lugartenientes pontifican sin parar usando palabras tan grandilocuentes como vacuas.
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