Opinión
¿Favorece el ritmo de vida actual una alimentación saludable?
"Una buena dieta puede no ser suficiente para proporcionar la cantidad necesaria de nutrientes"
El concepto alimentación saludable, aunque a priori puede parecer fácil de definir, encierra cierta complejidad, ya que es aquella alimentación que aporta a cada individuo todos los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales en las diferentes etapas de la vida y en situación de salud. No debemos olvidar que cada persona tiene unos requerimientos nutricionales en función de su edad, sexo, talla, actividad física, estado de salud o enfermedad.
Para mantener la salud y prevenir la aparición de enfermedades hay que seguir un estilo de vida saludable; es decir, tener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico de forma regular, no fumar, evitar consumir alcohol, descansar y dormir diariamente entre siete y ocho horas.
Una dieta saludable tiene que ser completa y debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua. Además, tiene que ser equilibrada, ya que los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Así, los hidratos de carbono han de suponer entre un 55% y un 60% de las kilocalorías (kcal) totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30%; y las proteínas, entre un 12 y un 15%. Además, hay que beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.
La cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional. Debe ser variada y contener diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves, pescados, etc.) a fin de garantizar todos los nutrientes necesarios.
Además de la alimentación, nuestro estilo de vida también impacta sobre el nivel nutricional de nuestro organismo.
Como farmacéutica experta en Nutrición, realizo un sinfín de preguntas cada vez que valoro el estado nutricional de una persona: ¿Tomas café o té? ¿Tomas alimentos fritos o ricos en grasas saturadas más de tres veces por semana? ¿Consumes bebidas con gas más de cinco veces a la semana? ¿Eres fumador? ¿Tomas medicación? ¿Estás expuesto al sol más de 10 minutos al día de forma intensiva? ¿Estás expuesto a la contaminación de forma regular? ¿Consumes más de una bebida alcohólica al día? ¿Duermes cada noche al menos siete horas? ¿Estás sometido al estrés? ¿Practicas deporte regularmente al menos tres veces por semana? ¿Tu microbiota esta equilibrada? ¿Estás en el climaterio? Cada una de estas situaciones supone un reto nutritivo para nuestro cuerpo. Algunas de ellas, incluso, inhiben la absorción de nutrientes esenciales, otras los consumen rápidamente y la mayoría, generan radicales libres.
"A veces buscamos atajos que no siempre son los más adecuados"
Esto me lleva a concluir que una buena alimentación puede no ser suficiente para proporcionar la cantidad suficiente de nutrientes esenciales. El estilo de vida, la situación que vive cada individuo en cada momento o la nueva agricultura expansiva (en la que no hemos ahondado, pero que hace que los alimentos que ingerimos no contengan todos los nutrientes que se esperan de ellos) pueden ser motivo suficiente para decidirnos a incluir en nuestra rutina diaria la ingesta de complementos alimenticios sumados a una dieta saludable.
En este punto, es importante poner el foco en que las personas, a menudo, buscamos soluciones rápidas que creemos que podrán ayudarnos y vemos en la suplementación la solución a nuestras carencias nutricionales. Pero no todo vale. Nuestro ritmo de vida actual, en ocasiones acelerado y frenético, nos hace buscar atajos que no siempre son los más adecuados. En esta búsqueda nos encontramos frecuentemente con cierta confusión entre la idea de complementos alimenticios y medicamentos, propiamente dichos. En muchos países alrededor del mundo, incluso en aquellos en los que la ingesta de complementos está extendida, existe la idea equivocada de que estos complementos están concebidos para reducir dolencias y enfermedades. Este concepto erróneo se justifica debido a la cantidad de publicidad falsa que existe alrededor de estos productos y los eslóganes irreales que invitan a consumirlos.
Lo que siempre necesitamos recordar es que los complementos alimenticios, también llamados suplementos dietéticos, son parte de nuestra alimentación. La complementan para equilibrar nuestros niveles de nutrientes, pero no deberían ser recomendados como tratamiento ni como la solución a ninguna dolencia y enfermedad, ya que no se trata de medicamentos.
Por ello, solo me queda recordar que los farmacéuticos comunitarios, por nuestra cercanía y accesibilidad, somos profesionales sanitarios capacitados para informar sobre pautas de alimentación saludable y para resolver las dudas ligadas a la combinación de alimentos y medicamentos. No deje de preguntarnos. Estaremos siempre dispuestos a atenderle
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