La llegada del invierno siempre es sinómimo del aumento de casos de gripe y de neumonía, infecciones respiratorias que se acrecientan por la bajada de temperaturas y la mayor convivencia en espacios cerrados. Según los últimos datos publicados por el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Sivira) del Instituto de Salud Carlos III, los casos de gripe están disparados actualmente en España. Así, entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre de 2023, el porcentaje de positividad a la gripe ha presentado una fluctuación al alza del 8,3%. Pero, pese a haber más casos, los grupos poblaciones más sensibles no se están animando a vacunar, al menos de momento. 

Por ello, es importate incidir en el uso de medidas no farmacológicas para tratar de evitar en la mayor medida posible, las infecciones y el agravamiento de las mismas. Una manera de conseguirlo es aumentar el tiempo que dedicamos a la actividad física, en especial a la de tipo aeróbico (correr, caminar, nadar...). Hay abundante evidencia científica respecto a la relación entre el ejercicio físico y el menor riesgo de infecciones respiratorias. De hecho, se han demostrado beneficios asociados a la reducción de la mortalidad, incluso en aquellas personas que no hacen la actividad física aeróbica suficiente. Por otro lado, la actividad física se asocia con una menor incidencia de varias comorbilidades, incluidos accidentes cerebrovasculares y enfermedades coronarias, que aumentan el riesgo de mortalidad entre los adultos hospitalizados con neumonía adquirida en la comunidad.

Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU) ha mostrado que la actividad física de tipo aeróbico estaría relacionada de forma dosis dependiente con menos riesgo de gripe y neumonía. En concreto, el trabajo indicó que entre 10–149, 150–300 o 301–600 minutos de actividad aeróbica a la semana se asocia a una disminución del riesgo del 21%, 41% y 50% respectivamente.

En el estudio participaron casi 600.0000 personas mayores de edad que fueron seguidas durante casi 10 años (1998-2018). En este tiempo, se regitraron 1.516 muertes por gripe y neumonía. Se clasificó a los participantes en dos grupos, uno integrado por quienes autoinformaron que practicaban 150 min o más de ejercicio aeróbico de intensidad moderada y dos sesiones de actividad de fortalecimiento musculara la semana (pauta recomendada por la Organzación Mundial de la Salud) y los que estaban por debajo de esos mínimos. Los resultados mostraron que aquellos que cumplían la pauta tenían un riesgo ajustado un 48% menor de mortalidad por gripe y neumonía que los que no.

Pero el trabajo también señala que es importante no excederse en el tiempo dedicado a la práctica de ejercicio, ya que hacerlo puede agotar nuestras defensas y aumentar el riesgo de morbilidad.