Oftalmología

Día Mundial del Glaucoma: una enfermedad neurodegenerativa pese a Sanidad

Los expertos han mandado la solicitud al SNS para que así se considere, pero siguen sin respuesta

El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa crónica, que produce una pérdida progresiva del campo visual
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa crónica, que produce una pérdida progresiva del campo visualDREAMSTIMELA RAZÓN

El miércoles se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una patología que, de no poner remedio, continuará en aumento. Así, se espera que esta enfermedad se dispare un 18% en los próximos cinco años y pase de afectar a 1,34 millones de personas en 2021 a 1,58 millones en 2030, lo que multiplicará los costes asociados a esta patología que es una de las primeras causas de ceguera en el mundo.

«El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa y pese a ello no está incluida en el listado de la estrategia de enfermedades neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud (SNS),lo que dificulta a los investigadores acceder a ayudas frente al resto de patologías incluidas en este grupo como el alzhéimer u otras demencias como el párkinson, la esclerosis múltiple o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Reclamamos que sea considerada como tal en el SNS», explica a este suplemento Francisco Muñoz Negrete, presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG).

En el último año, la Asociación de Glaucoma para afectados y familiares (AGAF) y la SEG hemos solicitado por escrito al Sistema Nacional de Salud que el glaucoma entre en el catálogo de enfermedades neurodegenerativas, pero aún no hemos recibido respuesta alguna», manifiesta.

Y eso que cumple con los criterios del SNS para su inclusión en la estrategia de enfermedades neurodegenerativas, ya que «es una enfermedad frecuente, el glaucoma es muy frecuente, hay unos 2 millones de afectados en España; tiene gran repercusión social gran y la tiene porque puede conducir a la ceguera y crear incapacidades. Es una enfermedad neurodegenerativa, ya que se produce por la degeneración de las células ganglionares de la retina encargadas de conducir la información visual hacia el cerebro. Y por tanto debería incluirse en la estrategia de actuación del SNS como patología neurodegenerativa», precisa el experto.

Y sucede porque el nervio óptico «va perdiendo fibras nerviosas que conducen la información visual al cerebro de forma progresiva. Aunque se produce por el aumento de tensión intraocular, lo relevante es que produce la pérdida de fibras nerviosas», puntualiza el presidente de la SEG.

En España, como explica Muñoz Negrete, nunca se ha clasificado como tal el glaucoma y urge que se modifique porque «el glaucoma está fuera de las líneas prioritarias en las diferentes convocatorias públicas de proyectos de investigación».

Es decir, los fondos que se logran para investigar esta patología neurodegenerativa en aumento son menores, lo que afecta a «las ayudas que da el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Ministerio de Sanidad, y en concreto del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que tiene una línea referente para patologías neurodegenerativas y nuestros investigadores no pueden optar a estos fondos».

Como dijo durante una jornada científico-técnica organizada por la Asociación Mácula Retina y dirigida a los miembros de la Comisión de Sanidad, hay que tener en consideración que el glaucoma será la patología ocular con mayor coste acumulado en España entre los años 2021 y 2030: 33,6 mil millones de euros». Los costes no relacionados con la salud, como por ejemplo el cuidado informal y las adaptaciones, representan el 78% del coste total del glaucoma.

Además, es una patología que empieza en edad productiva por lo que se estima una pérdida de productividad de 6,4 mil millones de euros para el año 2030.

En cuanto a las repercusiones, la discapacidad visual asociada al glaucoma reduce la calidad de vida y está relacionada con mayores tasas de ansiedad y depresión. Así, la salud mental está muy afectada en pacientes y cuidadores.

Eso sí, tienen la particularidad que en gran parte es prevenible si se detecta en fases tempranas para que no llegue a fase grave. Ahora bien, según datos de la SEG, aproximadamente medio millón de españoles padece glaucoma y lo desconoce. De ahí la importancia de las revisiones oftalmológicas «a partir de los 40-45 años. A partir de esa edad hay que hacerse al menos una revisión de entrada para ver si el paciente tiene glaucoma o si tiene factores de riesgo y en caso de tener un familiar con glaucoma se podría adelantar la edad del primer chequeo a los 35 años», aconseja el presidente de la SEG.

«Para evitar que los casos de glaucoma acaben en ceguera se necesita una detección precoz que depende no solo de nuestra atención sanitaria, sino también de la implicación políticos, pacientes y del propio sistema de salud. Hay que realizar campañas de divulgación de esta enfermedad», demanda Negrete.

Avances pendientes

En cuanto a los últimos avances, este especialista destaca dos dispositivos de liberación prolongada de medicamento dentro del ojo gracias a los cuales los pacientes no necesitarían ponerse gotas, lo que aumenta la adherencia al tratamiento. «Uno de ellos lo ha aprobado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, pero la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no lo autorizó el año pasado. Estamos pendiente de que se revise. Se trata de un polímero que se inyecta en la cámara anterior del ojo, delante del cristalino, y que durante 6-9 meses libera el medicamento (la prostanglandina), y que después se reabsorbe», explica.

«Existe un segundo dispositivo –prosigue Muñoz Negrete– que se implanta en el ángulo de la cámara anterior del ojo, donde queda de forma permanente, que también libera una prostaglandina de forma continuada. También fue aprobado por la FDA y esperamos que se apruebe por la EMA próximamente».

«Sería importante disponer de ambas opciones para poder indicarlas según las características de cada paciente», incide.

Respecto a los tratamientos quirúrgicos, los avances técnicos «permiten realizar cirugías más precoces en un momento en el que la enfermedad esté menos avanzada, pero las cirugías más efectivas siguen siendo la esclerectomía profunda no perforante y la trabeculectomía», sostiene el presidente de la SEG.

La primera técnica es una cirugía de drenaje en la esclera del ojo hasta disecar una membrana muy fina que permite la filtración de humor acuoso sin entrar en el interior del ojo. La segunda técnica requiere una trepanación que sí entra en el interior del ojo y el espacio subconjuntival. Ambas técnicas permiten el drenaje de humor acuoso, reduciendo la tensión ocular y son utilizadas según el caso y la experiencia del oftalmólogo. Pero lo mejor es prevenir.