Dermatología estética
La dermatología estética preventiva y su enfoque proactivo y 360º frente al envejecimiento
«¿Cuántos años tendrías si no supieras cuántos tienes?», preservar la juventud es el fundamento de la medicina estética preventiva
Una de las creencias más extendidas en el tratamiento del envejecimiento de la piel es que solo es necesario cuando ya se ha presentado en forma de primeras líneas de expresión, pequeñas manchas o, entre otras señales, pérdida de firmeza y luminosidad. Pero lo cierto es que la dermatología estética está transformando la forma en que se aborda el envejecimiento al enfocarse en la prevención integral y no únicamente en tratamientos correctivos.
Sí, la dermatología estética preventiva se centra en la adopción de un enfoque proactivo y personalizado para preservar la juventud con técnicas no invasivas y hábitos saludables. Sus resultados son tan notorios que aunque envejecer es un proceso natural e inevitable, logra que el impacto del tiempo en la salud y apariencia de la piel sea mínimo.
Es importante resaltar que esta disciplina preventiva no tiene como principal objetivo mejorar la apariencia física sino mantener la salud y vitalidad de la piel, retrasando todo lo posible el envejecimiento. Para obtener información sobre este interesante enfoque médico estético hemos consultado a los especialistas de la reconocida Clínica Dermatológica De Felipe (con sedes en Barcelona, Madrid y Londres) por su reconocida trayectoria pionera en dermatología estética.
Según estos dermatólogos y doctores de diferentes especialidades, prevenir es de lo más efectivo para tratar lo máximo posible los signos asociados al envejecimiento: arrugas, flacidez, pérdida de volumen, aparición de manchas y piel más delgada y seca. «Si se actúa antes de la aparición de estos signos, los resultados serán más duraderos, se requerirán menos sesiones y los tratamientos serán mínimamente invasivos», afirma el Dr. de Felipe, experto en tratamientos antiaging.
La primera pregunta que habría que hacerse para entender este nuevo concepto es a qué edad la piel comienza a mostrar los primeros signos de envejecimiento. «A partir de los 25-30 años se empieza a producir una disminución de la producción de colágeno, un componente esencial para la firmeza y elasticidad. De esta forma, y dependiendo de diferentes factores, empiezan a hacer acto de presencia las primeras líneas de expresión o arrugas». Una disminución que, tal y como indica el especialista, se ve más acentuada a partir de los 40 años, cuando la piel se vuelve más fina, menos elástica y con menos capacidad para retener humedad.
Además, factores externos como la exposición al sol sin protección adecuada, el estrés y el tabaquismo aceleran este proceso, haciendo que las arrugas, manchas y pérdida de volumen se presenten antes y de forma más pronunciada.
Frente a esto, la prevención, insisten desde la clínica, se convierte en una poderosa herramienta, ya que tomar medidas desde edades tempranas logra retrasar los signos visibles de envejecimiento y fortalecer la piel antes de que los daños sean irreversibles, así como mejorar la salud general de la piel.
Medicina regenerativa: presente y futuro para la prevención
No hay duda de que la medicina regenerativa ha revolucionado el sector sanitario, y en particular la dermatología estética al centrarse en estimular las capacidades reparadoras del propio organismo, por ello no es de extrañar que algunos de los tratamientos estrella en prevención incorporen este enfoque. Por ejemplo, «los tratamientos con células madre mesenquimales, los polinucleótidos, los exosomas y el plasma rico en plaquetas (PRP) son excelentes para prevenir el envejecimiento», asegura el equipo médico de la Clínica Dermatológica de Felipe.
Con las células madre mesenquimales, gracias a su alto potencial en el campo de la medicina regenerativa, se realiza el llamado lipofilling, que consiste en recuperar el volumen perdido de la cara o simplemente mantenerlo con células madre mesenquimales extraídas de la grasa de una parte del cuerpo del propio paciente utilizándola como elemento biocompatible para rellenar zonas como las ojeras, las mejillas, los surcos nasogenianos y ciertas zonas como el cuello, las manos y el escote sin producir rechazo y con resultados muy naturales.
Por otro lado, los polinucleótidos están indicados para revertir y prevenir el proceso natural de envejecimiento sin recurrir a procedimientos invasivos. Cuando se introducen cadenas de polinucleótidos en la piel estimulan, entre otras, las células que forman tejidos conectivos como el colágeno y la elastina.
«Además, ―nos explica uno de los especialistas― podemos utilizar bioestimuladores basados en ácido poliláctico (Sculptra) para recuperar y/o mantener el volumen perdido en el rostro y en zonas corporales como los glúteos. Los resultados tienen una durabilidad de varios años».
«Los exosomas son actualmente uno de los tratamientos más demandados, se podría decir que es una tendencia ―continúa otro doctor explicando―. Son una fuente de crecimiento y regeneración. Su finalidad es mejorar la comunicación entre células estimulando la producción de colágeno, elastina e incluso despertando folículos capilares en fase de descenso (lo utilizamos mucho en tratamientos capilares con muy buenos resultados)».
Y dentro de los tratamientos regenerativos, el plasma rico en plaquetas (PRP) es una técnica que trabaja desde las capas más profundas para revitalizar la piel y fortalecerla frente al paso del tiempo.
El PRP, muy conocido por su eficacia para tratar la alopecia, es una de las terapias más avanzadas y efectivas en tratamientos antiaging. Si bien es cierto es un tratamiento aplicado normalmente en pieles maduras, lo cierto es que es también una opción ideal para pieles jóvenes con el fin de prevenir los signos de envejecimiento.
«Este tratamiento estimula la producción propia de colágeno, tejido epidérmico y elastina, lo que conlleva no solo a disminuir las arrugas superficiales sino que también aumenta el grosor de las capas cutáneas, disminuye la flacidez y aumenta la luminosidad e hidratación, algo clave en la prevención, especialmente para aquellos hombres y mujeres que tienen la piel seca, más propensa a deteriorarse y envejecer peor. Además, al tratarse de un plasma autólogo obtenido de la sangre del paciente, se minimizan los riesgos de reacciones adversas», afirma el doctor De Felipe, quien también recomienda que la bioestimulación con PRP se haga en edad temprana, sobre los 30 años, cuando se presentan los primeros signos de envejecimiento.
Tratamientos complementarios
Existen, nos dicen los expertos de la Clínica Dermatológica De Felipe, otros procedimientos que, aunque no actúan directamente en la regeneración celular, ayudan a prevenir y reducir los signos visibles del envejecimiento. Entre ellos se encuentran el láser IPL, Luz Pulsada Intensa, que consigue detener la destrucción del colágeno y eliminar los signos visibles del envejecimiento; el láser fraccionado PRODEEP, cuya misión es estimular la producción de colágeno y elastina, devolviendo la luminosidad a la piel y retrasando el envejecimiento y el HIFU, indicado para recuperar la firmeza de la piel y estimular la producción de colágeno, «cabe destacar que fuimos los primeros en utilizar esta técnica en toda la península con HIFU Liftera y que puede usarse tanto en el rostro del paciente como en el cuerpo».
Para concluir, el Dr. de Felipe hace una reflexión final: «Adoptar un enfoque preventivo es clave para minimizar los signos del envejecimiento sin tener que recurrir a intervenciones correctivas invasivas en el futuro».
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