Día Mundial del cáncer de mama
Cáncer de mama: cada vez más cerca de la cronificación
A pesar de los contínuos esfuerzos y de los grandes avances conseguidos, aún se registran 6.000 muertes al año por esta enfermedad
El cáncer de mama es un tumor que se origina en el tejido de la glándula mamaria, que está formada por las glándulas productoras de leche, los conductos galactóforos o tubos que conducen la leche hasta el pezón y tejido adiposo y conectivo que rodea los conductos y las glándulas, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos.
Este tipo de tumor es más frecuente en mujeres que en hombres, quienes representan aproximadamente el 1 % de los casos. Todas las personas pueden desarrollar este tipo de cáncer, y dependerá de la edad, del historial médico familiar y personal y del estilo de vida el tener un mayor o menor riesgo de padecerlo.
En España, se calcula que se producen 36.000 nuevos casos anuales, de los que un porcentaje importante recae al cabo de los años y después de concluir su tratamiento. A pesar de los contínuos esfuerzos y de los grandes avances conseguidos, aún se registran 6.000 muertes al año por esta enfermedad.
Las recidivas y las metástasis son, en la mayoría de los casos, las causas de la mortalidad entre las mujeres. Aproximadamente el 20-30% de las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama en España sufrirán una recaída o desarrollarán metástasis. Aunque estas cifras varían dependiendo del subtipo tumoral y otros factores de riesgo, se estima que entre el 5-10% de los casos nuevos de cáncer de mama presentan metástasis al momento del diagnóstico.
Los más peligrosos
Los tipos tumorales más propensos a recidivar y hacer metástasis son el cáncer de mama triple negativo, el HER2 positivo y el luminal B.
El triple negativo representa aproximadamente al 10-15% del total de pacientes y se calcula que hasta un 30% de las diagnosticadas en estadios iniciales puede desarrollar enfermedad metastásica en los 3-5 años siguientes al diagnóstico.
El cáncer de mama HER2 positivo supone entre el 15-20% de todas las afectadas, y su riesgo de recaída es aproximadamente de entre el 15-20% en los 5 primeros años tras el tratamiento en adyuvancia.
El subtipo luminal B (hormono-dependiente) es el más frecuente, ya que afecta al 70% de las mujeres con cáncer de mama, de las que un 15% tiene un alto riesgo de recaída. Se calcula que un 25% aproximadamente de estas pacientes de alto riesgo recaen a los 5 años.
Investigación frente a recaídas y metástasis
Gran parte del esfuerzo investigador a nivel mundial se centra en encontrar medicamentos y terapias innovadoras que permitan tratar las recidivas y el cáncer que metastatiza.
En esta línea, investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) informaron el viernes del desarrollo de un estudio en el que han descubierto el papel crucial de la enzima PADI3 en la resistencia a tratamientos con el fármaco neratinib, una terapia dirigida que se utiliza para casos de receptores hormonales positivos y HER2 positivos después de una cirugía y trastuzumab.
Publicado en la revista Oncogenesis, el trabajo sugiere que los inhibidores de PADI3 podrían ser utilizados como una opción terapéutica para restaurar la eficacia del neratinib y, así, aumentar la eficacia de los tratamientos en pacientes que han desarrollado resistencia al medicamento.
La presencia de elevadas cantidades de la proteína HER2 se detecta en aproximadamente el 20% de los tumores mamarios. Estos se tratan con neratinib, un fármaco inhibidor de la función de HER2 en la célula. Sin embargo, a pesar de los beneficios iniciales, algunas pacientes terminan desarrollando resistencia al medicamento, lo que limita su efectividad a largo plazo. El equipo de investigación ha descubierto que la enzima PADI3, previamente poco estudiada en el contexto del cáncer de mama, juega un papel crucial en este proceso de resistencia.
"Este descubrimiento define una de las causas de resistencia a neratinib y nos permitirá conocer mejor por qué las células se vuelven refractarias a ese tratamiento", explicó el investigador del CSIC Atanasio Pandiella, director del estudio. La investigación también mostró que, al introducir altos niveles de PADI3 en células cancerosas que originalmente respondían al tratamiento, éstas desarrollaban resistencia al neratinib. Esto confirma la relación directa entre esta enzima y la capacidad del cáncer de mama HER2 positivo para escapar al tratamiento con neratinib. "Es incluso posible que PADI3 pueda estar involucrada en la resistencia a otro tipo de fármacos", añadió.
Oncólogos, investigadores, fundaciones y asociaciones de pacientes y familiares destacan que todavía existen muchas necesidades no cubiertas en el manejo del cáncer de mama metastásico o con alto riesgo de recaída a las que dar respuesta con estudios clínicos que no se están llevando a cabo por falta de financiación.
La innovación no llega a los pacientes
Pese a que la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, sacó pecho ayer hablando del "compromiso" del Gobierno con la investigación para avanzar en la lucha contra el cáncer de mama, y recordó que su departamento destinó entre 2018 y 2024 más de 30 millones de euros a proyectos científicos sobre esta enfermedad, la realidad es que España está en la cola de Europa en el acceso a medicamentos oncológicos innovadores.
Somos el quinto país europeo que más tarda en aprobar la financiación pública de nuevos medicamentos en general, según el informe de Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa 2023 (W.A.I.T. Indicator), elaborado por la consultora Iqvia.
Los datos sobre los tiempos de espera y la financiación (total o parcial) habían empeorado drásticamente en el ámbito de los tratamientos oncológicos. En un país que es líder en Europa en ensayos clínicos, y que es el segundo que más pacientes aporta a los centrados en terapias oncológicas–después de Estados Unidos– , esos mismos pacientes tardan 725 días en acceder a la innovación. Un intolerable retraso que aumentó 256 días respecto a 2022.
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