El motivo por el que deberías conservar las cáscaras de zanahoria

Cuando preparamos alimentos, muchas veces desechamos partes que podrían ser altamente beneficiosas para nuestra salud. Un claro ejemplo de esto es la cáscara de la zanahoria, que solemos retirar sin pensar en sus aportes nutricionales. Sin embargo, conservarla y consumirla puede ser una decisión acertada si se siguen unas mínimas pautas de higiene.

Las zanahorias son ampliamente conocidas por sus beneficios para la salud, gracias a su contenido en vitamina A, vitamina C y betacarotenos. No obstante, lo que muchos desconocen es que su piel concentra una mayor cantidad de estos compuestos esenciales. Según estudios, la cáscara representa solo el 11% del peso total de la zanahoria, pero almacena hasta el 54% de sus ácidos fenólicos, que tienen propiedades antioxidantes. Además, contiene una cantidad significativa de carotenoides, vitamina K, niacina y fibra, lo que la convierte en un verdadero tesoro nutricional.

Es cierto que frutas y verduras pueden estar expuestas a contaminantes como pesticidas y microorganismos patógenos. Sin embargo, estos riesgos pueden minimizarse siguiendo las recomendaciones de expertos en seguridad alimentaria. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), una correcta limpieza puede eliminar la mayor parte de los residuos perjudiciales.

Para disfrutar de la piel de la zanahoria sin preocupaciones, basta con lavarla con agua limpia y frotarla la piel de las verduras. Esta práctica es especialmente recomendable incluso en productos ecológicos, ya que el suelo y el transporte pueden dejar suciedad y microorganismos en la superficie.

Beneficios de conservar la cáscara de la zanahoria

Si estás acostumbrado a pelar las zanahorias antes de comerlas, te sorprenderás al conocer las ventajas de mantener su piel:

• Mayor concentración de nutrientes: La cáscara contiene altos niveles de vitaminas esenciales como la A, C y K, además de minerales como el potasio y la fibra.
• Poder antioxidante: Sus compuestos antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y afecciones cardíacas.
• Mejora la digestión: Gracias a su alto contenido en fibra, favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
• Beneficia la piel y la vista: El betacaroteno en la cáscara se convierte en vitamina A, fundamental para la salud ocular y una piel radiante.
• Fortalece el sistema inmunológico: La vitamina C refuerza las defensas naturales del organismo, ayudando a prevenir infecciones.
• Propiedades antiinflamatorias: Sus antioxidantes y otros compuestos bioactivos contribuyen a reducir la inflamación del cuerpo.

Si aún te preguntas cómo incorporar la cáscara de zanahoria en tu alimentación, existen varias maneras sencillas y deliciosas de hacerlo. Puedes consumirla cruda en ensaladas, incorporarla en batidos o cocinarla en sopas y caldos. También puedes preparar snacks crujientes friendo las cáscaras en una freidora de aire o deshidratándolas para hacer chips naturales.

Conservar la piel de la zanahoria no sólo mejora tu salud, sino que también contribuye a reducir el desperdicio de alimentos, un problema cada vez más relevante a nivel global. Adoptar este hábito es una acción sencilla que suma beneficios a tu bienestar. La próxima vez que prepares zanahorias, dales una oportunidad a sus cáscaras y aprovecha todas sus propiedades.