Una farmacéutica desvela cuál es el gesto cotidiano que previene el cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte por cáncer en España. Según datos recientes, aproximadamente 22.000 personas mueren cada año a causa de este tipo de cáncer en el país. La exposición al humo del tabaco sigue siendo la principal causa de cáncer de pulmón, aunque el radón, un gas radiactivo presente en algunos hogares, también representa un factor de riesgo significativo.

El gas radón es un elemento natural que se produce en el suelo a partir de la descomposición del uranio, el torio y el radio. Este gas incoloro e inodoro puede filtrarse en nuestras casas a través de grietas en los cimientos, suelos porosos, tuberías, y otras aberturas en las estructuras del hogar. Si bien el radón no representa un riesgo significativo cuando se libera en el exterior, una vez se infiltra en un espacio cerrado como una casa, puede acumularse a niveles peligrosos.

Así, la inhalación prolongada de radón puede dañar el revestimiento de los pulmones, lo que incrementa el riesgo de desarrollar cáncer pulmonar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el radón es responsable de entre el 3% y el 14% de los casos de cáncer de pulmón en todo el mundo.

El gesto que puede prevenir el cáncer de pulmón

El sencillo gesto es una ventilación adecuada en el hogar, no solo para mantener un ambiente fresco y saludable, sino también para reducir la concentración de gas radón que puede tener graves consecuencias para la salud, incluyendo un mayor riesgo de cáncer de pulmón.

La ventilación es un proceso simple que consiste en renovar el aire dentro de un espacio cerrado, lo que ayuda a diluir y eliminar los contaminantes acumulados, incluido el radón. Con solo abrir la ventana o la puerta unas horas permitimos que el aire exterior, generalmente más limpio, entre en la casa y reemplace el aire interior que puede estar contaminado.

Además de la ventilación natural, existen sistemas de ventilación mecánica que pueden ser instalados para controlar más eficazmente los niveles de radón. Estos sistemas incluyen ventiladores y extractores que crean un flujo constante de aire, extrayendo el aire cargado de radón y sustituyéndolo por aire fresco. Los sistemas de ventilación forzada, como los intercambiadores de calor, también son útiles en climas fríos, donde abrir ventanas no siempre es práctico.