Descubre el estado de tu salud cardiovascular en solo unos minutos con esta sencilla prueba

El test de Ruffier Dickson es una prueba utilizada para evaluar el estado de salud del corazón y la capacidad de recuperación tras el esfuerzo. Es un método sencillo que proporciona una valoración aproximada del estado de salud general, basándose en cómo se recupera el corazón después de un esfuerzo específico. Así, podremos tener una idea bastante precisa de nuestro estado de salud sin salir de casa, tan sólo siguiendo estos sencillos pasos:

¿Cómo se realiza el test de Ruffier Dickson?

El test de Ruffier Dickson es una prueba que utiliza la frecuencia cardíaca para evaluar el estado de salud del corazón y la capacidad de recuperación después del esfuerzo.

Es un indicador clave para evaluar nuestro estado físico. En reposo, una frecuencia cardíaca baja generalmente indica una buena forma física y un corazón eficiente. Por ejemplo, los deportistas pueden tener una frecuencia cardíaca en reposo más baja debido a que su corazón, como un músculo que ha sido entrenado, se vuelve más eficiente y puede bombear más sangre con cada latido.

Durante el ejercicio, la frecuencia cardíaca aumenta para suministrar más oxígeno a los músculos. La velocidad y la cantidad que aumenta puede indicar cuán en forma está una persona. Una persona en mejor forma física puede tener una frecuencia cardíaca que sube más despacio durante el ejercicio y disminuye más rápido después del ejercicio.

El test de Ruffier se realiza siguiendo tres pasos esenciales y tomando tres mediciones de la frecuencia cardíaca en distintos momentos. A continuación, se describen detalladamente estos pasos:

Antes de realizar cualquier tipo de ejercicio, se debe medir la frecuencia cardíaca en reposo. Para medir la frecuencia cardíaca, debes tomar el pulso en la muñeca. Coloca tus dedos índice y corazón entre uno y dos centímetros por debajo del pliegue de la muñeca, entre el hueso que se palpa hacia afuera y el tendón que aparece por el lado interno. En esa posición, presiona suavemente la parte interna de la muñeca del lado del dedo pulgar. Al sentir el primer latido, puedes calcular cuántos latidos se producen durante un minuto. A esta medición en reposo la llamaremos P0 y se utilizará posteriormente para calcular el índice de Ruffier.

Después, se debe realizar una serie de 30 sentadillas profundas en un tiempo de 45 segundos. Para realizar las sentadillas, se debe pasar de estar de pie a estar en cuclillas, y luego volver a subir, repitiendo este ciclo 30 veces. Es importante destacar que si no se logran realizar las 30 sentadillas en el tiempo indicado, el ejercicio no servirá para los propósitos de este test. Inmediatamente después de terminar las sentadillas, se debe medir de nuevo la frecuencia cardíaca. A este segundo valor lo llamaremos P1.

Por último, después de tomar la segunda medición de la frecuencia cardíaca, se debe esperar un minuto y luego tomar una tercera medida. Este último valor, conocido como P2, completa las tres mediciones necesarias para el cálculo del índice de Ruffier, que se consigue calcular mediante la siguiente fórmula:

Índice de Ruffier = (P0 + P1 + P2) – 200/10

¿Cómo interpretar los resultados?

Como explicábamos antes, los resultados del test de Ruffier varían en función de nuestro estado de salud cardiovascular. Así, si el índice de Ruffier se sitúa entre el 0 y el 1, entonces nuestro estado cardiovascular es excelente, típico de un deportista, donde el corazón se recupera muy rápidamente después de un esfuerzo.

Un índice de 1 a 5 se considera muy bueno, lo que indica que tu corazón se recupera bien después del ejercicio. Un índice de 5 a 10 se interpreta como normal, sugiriendo que aún hay margen para mejorar tu estado físico y, por ende, la recuperación cardíaca. Un índice de 10 a 15 se considera bajo, lo que significa que necesitas mejorar tu estado físico y que tu corazón podría tener dificultades para recuperarse tras el esfuerzo.

Ahora bien, si el valor resultante es mayor de 15, entonces debemos preocuparnos. Una cifra tan alta es una señal de alerta de que necesitas acudir a tu médico para una evaluación médica, ya que tu corazón tiene dificultades significativas para recuperarse después de un esfuerzo y que, por lo tanto, tu estado de salud cardiovascular es deficiente.