Alimentación y bienestar
Boticaria García aclara si comer a partir de las ocho de la tarde engorda: "nuestro reloj interno puede influir..."
Científicos sugieren que la hora en la que cenamos tiene relación con la obesidad, enfermedades cardíacas, e incluso la diabetes
Es bien sabido que en España cenamos bastante tarde en comparación con otros países del mundo. Los ingleses, alemanes e incluso, si nos vamos al otro lado del mundo, por ejemplo, Latinoamérica, desde las siete de la tarde piensan en cenar. Está claro que esto también va en relación con las horas de sol que tenemos al día. Los veranos nos enseñaron a cenar tarde, una vez anochece, y si se pone oscuro a partir de las 22.00 horas, ¿qué podemos hacer?
Científicos, desde hace algunos años, han centrado sus esfuerzos en estudiar la relación de la comida, la digestión y el metabolismo con nuestro ciclo circadiano; es decir, el reloj biológico natural que regula nuestros ritmos de sueño y vigilia en un período de aproximadamente 24 horas. Así, han llegado a la conclusión de que existen efectos incluso relacionados con el aumento de peso y el alto nivel de azúcar. Sin embargo, la nutricionista y doctora en farmacia Boticaria García tiene un enfoque diferente.
Efectos cenar después de las 20.00 horas
La divulgadora científica explica que si que el ritmo circadiano influye directamente en la digestión y el procesamiento de nutrientes. Este sistema controla no solo el sueño y la vigilia, sino también la manera en que el organismo maneja los alimentos a lo largo del día. Investigaciones recientes indican que el momento en el que comemos puede afectar la eficiencia con la que el cuerpo absorbe energía y nutrientes.
De ahí que consumir alimentos cerca del momento en que se libera la melatonina (la hormona del sueño) tenga efectos adversos, como aumentar los niveles de colesterol, reducir el gasto de energía en reposo y disminuir la tolerancia a la glucosa. Esto se traduce en un exceso de glucosa en la sangre, lo cual está vinculado con un incremento en la grasa corporal, el riesgo de obesidad y enfermedades como la diabetes y afecciones cardíacas.
Sin embargo, la doctora en farmacia también deja claro que no es necesario el drama, pues no tenemos una hora marcada para que nuestro cuerpo haga o deshaga "como una barita mágica". Lo indispensable aquí es que concentremos la mayor parte de la ingesta alimentaria en las horas del día y cenemos ligero. Además, boticaria también señala que es conveniente que la última comida se realice dos horas antes de irnos a la cama.
Otra cosa a considerar es que, según el estudio "Effect of Time of Day on Energy Expenditure: Implications for Long-Term Weight Control" de la universidad de Hardvard, la tasa de quema de calorías disminuye al final del día por lo que incluso hacer ejercicio en la noche puede no ser tan conveniente como durante la mañana. Esto también respalda la idea de que cenar tarde puede llevar a una menor eficiencia en el gasto de energía y a una mayor propensión a la acumulación de grasa.
Cabe aclarar, que como dice Boticaria "lo que comemos y cuanto sigue importando más que cuándo", por lo que una dieta balanceada, sin caer en los excesos y conforme a las necesidades de nuestro cuerpo es la última respuesta necesaria para cambiar nuestros hábitos alimenticios.
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