Alimentos que ayudan a bajar la presión arterial, según el cardiólogo Aurelio Rojas

La hipertensión arterial, o presión arterial elevada, es una condición que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones de salud.

Una estrategia efectiva para su manejo es la incorporación de ciertos alimentos en la dieta diaria que, según estudios científicos, ayudan a reducir la presión arterial. A continuación, se detallan cinco de estos alimentos y la evidencia que respalda sus beneficios:

Chocolate negro

El chocolate negro, rico en flavonoides, ha sido objeto de múltiples investigaciones por sus efectos positivos en la salud cardiovascular. Los flavonoides son compuestos que promueven la vasodilatación, facilitando el ensanchamiento de los vasos sanguíneos y, por ende, la reducción de la presión arterial.

Una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane evaluó 40 estudios con 1.804 participantes y encontró que el consumo de productos de cacao ricos en flavanol produjo una disminución promedio de 1,8 mmHg en la presión arterial.

Otro estudio observó una reducción de hasta 4,1 mmHg en la presión arterial sistólica y entre 1,8 y 8,5 mmHg en la diastólica tras consumir 100 gramos de chocolate negro durante dos semanas en personas sanas o con hipertensión leve.

Es importante destacar que estos beneficios se asocian al consumo moderado de chocolate negro con alto contenido de cacao y bajo en azúcares añadidos.

Bananas

Las bananas son una fuente abundante de potasio, un mineral esencial que desempeña un papel crucial en la regulación de la presión arterial. El potasio ayuda a equilibrar los niveles de sodio en el organismo y relaja las paredes de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a la disminución de la presión arterial.

Un estudio publicado en Hypertension reveló que una dieta rica en potasio puede ayudar a reducir la presión arterial en personas con hipertensión.

Incorporar bananas en la dieta diaria es una manera sencilla y natural de aumentar la ingesta de potasio y promover la salud cardiovascular.

Remolacha

La remolacha es rica en nitratos naturales, compuestos que el cuerpo convierte en óxido nítrico, una molécula que relaja y dilata los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial.

Además, la remolacha contiene antioxidantes como la betanina, que contribuyen a la salud cardiovascular al reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Incorporar remolacha en la dieta, ya sea en ensaladas, jugos o como guarnición, puede ser beneficioso para el control de la presión arterial.

Granadas

Las granadas son frutas ricas en antioxidantes, especialmente antocianinas, que tienen propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras. El consumo regular de jugo de granada se ha asociado con la reducción de la presión arterial sistólica y diastólica.

También, sus efectos sobre la presión arterial, las granadas pueden mejorar el perfil lipídico y la salud general del sistema cardiovascular. Añadir granadas o su jugo a la dieta puede ser una estrategia efectiva para promover la salud del corazón.

Jengibre

El jengibre es una raíz con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que han sido valoradas en la medicina tradicional durante siglos. Su consumo se ha relacionado con la mejora de la circulación sanguínea y la relajación de los músculos que rodean los vasos sanguíneos, lo que puede contribuir a la reducción de la presión arterial.

Es recomendable consumir jengibre con moderación y consultar a un profesional de la salud antes de incorporarlo regularmente en caso de padecer alguna condición médica.

Incorporar estos alimentos en la dieta diaria puede ser una estrategia efectiva para el manejo y la prevención de la hipertensión arterial.

Sin embargo, es fundamental recordar que la alimentación es solo una parte del enfoque integral para el control de la presión arterial. Mantener un estilo de vida saludable que incluya actividad física regular, control del estrés y seguimiento médico periódico es esencial para una salud cardiovascular óptima.