Coronavirus
El camino a seguir para evitar la aparición de nuevas variantes
Un total de 120 farmacéuticas de Asia, África y América Latina podrían fabricar vacunas de ARNm
Todos recordamos las dantescas imágenes llegadas de la India en abril del año pasado, de piras funerarias enormes y miles de muertos consecuencia de los estragos del coronavirus en una población mayoritariamente no vacunada y que provocó lo que empezó llamándose «variante india», posteriormente rebautizada como Delta. La historia volvió a repetirse a mediados de noviembre en otro país –Sudáfrica– y con otro nombre –Ómicron–, pero con los mismos protagonistas: el SARS-CoV-2 y la falta de vacunas en los países menos desarrollados. Y es que si hay una cosa clara en la pandemia es que el virus –todos– no entienden de fronteras, y mientras no haya vacunas para todos el problema no cesará.
Para hacer frente a la evidente desigualdad en su reparto mundial, Achal Prabhala, coordinador del proyecto AccessIBSA, y Alain Alsalhani, experto en vacunas de la Campaña de Acceso a Medicamentos de Médicos Sin Fronteras (MSF), han identificado 120 fabricantes farmacéuticos de Asia, África y América Latina que reúnen el potencial para producir vacunas ARNm, si Moderna, Pfizer y BioNTech compartieran la tecnología.
Y es que aunque ha pasado más de un año desde que vacunas eficaces contra el coronavirus se comercializaran, hay marcadas diferencias en las tasas de inmunización debidas, en gran medida, a las desi-gualdades en su suministro: el 74% de todas las dispensadas en 2021 se destinaron a los grupos de edad de países de rentas altas y medias, mientras que alrededor del 1% se fue a países de ingresos bajos. La escasez existente se agrava con Ómicron y el aumento de la demanda de los refuerzos en países ricos.
«A medida que nos enfrentamos a variantes en constante evolución las vacunas de ARNm ofrecen una gran ventaja para salvar vidas si Moderna y Pfizer-BioNTech compartieran la tecnología con el resto del mundo», afirma Alain Alsalhani. Y es que la tecnología de ARNm permite una rápida modificación de las vacunas contra las nuevas cepas y tiempos de producción relativamente cortos.
Aumentar la producción
En el escenario probable de que el SARS-CoV-2 continúe mutando en nuevas variantes, el acceso distribuido geográficamente a la tecnología de vacunas de ARNm en todo el mundo permitiría una rápida adaptación de la misma y una respuesta dirigida a las necesidades locales. Al tiempo que la diversificación y el aumento de su producción mundial en los países de ingresos bajos y medios dejaría al mundo en mejor posición para responder a la pandemia.
El análisis elaborado por Prabhala y Alsalhani demuestra que sería posible incrementarla fuera de EE UU y Europa si Moderna, Pfizer y BioNTech compartieran ampliamente sus conocimientos y tecnología. «Los gobiernos de Estados Unidos y Alemania deben tomar todas las medidas a su alcance para garantizar que los fabricantes de la vacuna Covid-19 transfieran la tecnología a productores con capacidades y al centro de transferencia de tecnología de ARNm de la OMS con sede en Sudáfrica. Ni una sola de estas empresas se ha unido a las iniciativas lideradas por la OMS, la plataforma de Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la Covid-19 (C-TAP) y el centro de transferencia de tecnología de las vacunas de ARNm contra el coronavirus, para poner en común y compartir la propiedad intelectual», recoge el informe.
Además, continúa, los acuerdos de «llenado y acabado» como el firmado entre Pfizer-BioNTech y el fabricante sudafricano BioVac en julio del año 2021 son insuficientes porque requieren que el fabricante asociado dependa del desarrollador para producir la vacuna. Para aumentar la producción a la escala necesaria debe tener acceso a todos los componentes y conocimientos técnicos de la producción.