Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, 31 de diciembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy
El santoral también puede ser una valiosa herramienta para profundizar en la historia de la Iglesia y el cristianismo
El santoral católico es una recopilación de los nombres de los santos y beatos cuya vida y obra son conmemoradas oficialmente por la Iglesia Católica en días concretos del año. Esto se basa en una tradición que tiene sus orígenes en los primeros siglos del cristianismo, cuando se empezó a venerar a los mártires y a otras personas destacadas como figuras ejemplares de fe y virtud.
Estas celebraciones van más allá de ser simples recordatorios. Son oportunidades para reflexionar y conectarse con los principios y valores que estos personajes representan. A través de sus vidas y acciones, los santos y beatos nos enseñan cómo mantenernos firmes en nuestros principios, incluso en tiempos de dificultades.
El santoral también puede ser una valiosa herramienta para profundizar en la historia de la Iglesia y el cristianismo, y para encontrar inspiración en las enseñanzas de los santos. Al conectar con estas figuras históricas, los fieles pueden encontrar orientación y fortaleza para sus propias vidas, y al mismo tiempo, honrar el legado de estos personajes ejemplares.
Este 31 de diciembre, el santoral conmemora a varios santos y santas que han dejado su marca en la historia cristiana. Hoy, destacamos a Santa Melania la joven, cuya vida y obra son un testimonio de fe y dedicación.
¿Quién fue Santa Melania la joven?
Melania nació en el 383, en el seno de una destacada familia de senadores romanos. A los 14 años, estaba decidida a dedicarse a su fe, pero sus padres la casaron con Valerius Pinianus. Este matrimonio unió a dos de las familias más importantes del Imperio Romano, creando enormes fortunas en la aristocracia romana.
Después de perder a sus dos hijos en una temprana edad, Valerius y Melania decidieron vivir en castidad. Melania donó generosamente su considerable riqueza a la iglesia y a los menos afortunados, lo que le permitió dedicarse a la oración y al estudio de los santos.
Melania poseía una vasta fortuna, que incluía joyas, plata, arte valioso y extensas tierras conocidas como latifundia en todo el Imperio. Su riqueza era tan grande que tenía dificultades para encontrar compradores para sus propiedades; incluso el Senado la criticó por vender en exceso, pero Melania se mantuvo firme en su propósito.
Con los ingresos de las ventas, estableció monasterios, apoyó a los necesitados, donó a las iglesias y liberó a los prisioneros. Viajó extensivamente, eligiendo vivir en lugares donde los obispos eran conocidos por su santidad y conocimiento de las Escrituras. Así, se relacionó con los grandes santos de su tiempo, incluyendo a San Agustín.
Después de completar la "obra de Marta", como ella misma llamaba a su gestión de los bienes terrenales, se dedicó a la "obra de María", su anhelo de largo tiempo. Se retiró a un convento en Jerusalén, adoptó la vestimenta de penitente y se dedicó a la oración, el ayuno y el estudio de las Escrituras. Escribió extensamente, trabajando como escriba gracias a su sólido conocimiento del latín y del griego. Promovió la oración nocturna del Oficio Divino y ofreció orientación espiritual a numerosos conventos de mujeres.
Santa Melania murió en Jerusalén el 31 de diciembre de 439. Su vida fue meticulosamente documentada por su hijo adoptivo y discípulo espiritual Gerontius. Fue considerada una de las grandes figuras de su tiempo y recibió altos elogios de San Jerónimo, quien la destacó como un modelo para sus seguidoras.
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