México
El Papa pide a los sacerdotes que no sean «funcionarios de lo divino»
Advierte a los religiosos ante la tentación de resignarse y no hacer nada ante el narcotráfico
Advierte a los religiosos ante la tentación de resignarse y no hacer nada ante el narcotráfico
«No resignarse», pidió el Papa Francisco a las y los religiosos de México durante su celebración en el estadio Venustiano Carranza, en Morelia, capital del estado de Michoacán. Antes, el Papa fue recibido por el gobernador Silvano Aureoles, quien le obsequió una guitarra de Paracho con la música tradicional local de fondo, la danza de Los Viejitos de Jarácuaro y con niños ataviados con trajes típicos. El sitio desde donde envía este mensaje es simbólico pues, la presencia de la vida religiosa en México –y en Michoacán particularmente- ha permanecido activa aún en medio de situaciones de inseguridad, violencia, amenazas y extorsiones. La presencia del narcotráfico y el crimen organizado en México ha tocado a la vida religiosa. Según el reporte de la agencia Fides, de los 22 agentes pastorales asesinados en el mundo durante el 2015, tres son mexicanos, uno de ellos, el religioso Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo de la arquidiócesis de Morelia, desde donde el Papa ha pedido a la vida consagrada no resignarse a hacer nada frente al crimen y el narcotráfico.
El pontífice inquirió a las y los religiosos presentes sobre las tentaciones que sólo contemplan la realidad en lugar de caminarla; y, sin desestimar la dificultad de atender un espacio que «parece haberse convertido en sistema inamovible», les insistió en atender ambientes dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad. Desde 2006, el estado de Michoacán entró en una espiral de violencia debido a la presencia de cárteles de narcotráfico, grupos criminales, sicarios y grupos armados civiles –denominados autodefensas–; también, la entrada del Ejército mexicano, la Marina y las fuerzas de la Policía Federal mantuvieron sitiado al estado con algunas excepciones, como su capital Morelia. Aunque la reciente administración federal ha capturado a la mayoría de las cabezas visibles de los grupos como «La Familia Michoacana» y «Los Caballeros Templarios», en la actualidad continúa la disputa por el territorio de la droga y la extorsión con la aparición de nuevos grupos.
Por ello, el Papa Francisco pidió a los presentes reconocer «una de las armas preferidas del demonio» y no caer en la tentación de alzarse de hombros: «Frente a esta realidad nos puede ganar la resignación... que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino». Admitió que la realidad puede «atemorizar», pero no debe hacer que la vida consagrada «se atrinchere en sus sacristías» y, finalmente, los exhortó a no sentirse burócratas del servicio pastoral: «No somos ni queremos ser funcionarios de lo divino, no somos ni queremos ser nunca empleados de Dios, porque somos invitados a participar de su vida, somos invitados a introducirnos en su corazón». Respondió al mensaje del Papa Francisco Salvador Rangel Mendoza, obispo de Guerrero: «Gracias por su mensaje, comprendemos que debemos ser más caritativos y solidarios con la Iglesia. Su visita nos alienta a caminar por los caminos de la alegría y la simplicidad del Evangelio».
Por la tarde, noche en España, el Papa se reunió con miles de jóvenes en Morelia, entusiasmados por su presencia. Allí envió un mensaje de que otro futuro es posible: «Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser jóven, es dejando la vida en manos del narcotráfico».