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Mar en calma
Semillas de Kivu
Las tecnologías modernas provocan el saqueo de minerales como el coltán, que se vende a un precio incalculable para las comunidades locales
En plenas celebraciones navideñas donde procuramos que reine la paz y el amor llega para zarandear mis sentidos: «Semillas de Kivu»: el coraje de las madres en la oscuridad de la guerra, un documental dirigido por Néstor López y Carlos Valle difícil de digerir y ver de un tirón, ya que es inevitable empatizar con las mujeres violadas delante de sus propios maridos, padres e hijos. La violación como arma de guerra sirve para humillar, desmoralizar y aterrorizar a las comunidades y crear una huella social devastadora.
La nominación de «Semillas de Kivu» al Goya 2025 como mejor película documental no solo reconoce el valor artístico y narrativo de «Semillas de Kivu», sino que pone en el centro de atención un conflicto silenciado durante años que sigue cobrándose vidas y almas en la República Democrática del Congo. Nos sumerge en el horror y la resistencia de un grupo de mujeres que enfrentan las consecuencias de las violaciones masivas, perpetradas por las guerrillas que controlan los recursos minerales de la región.
El Hospital de Panzi, liderado por el doctor Denis Mukwege, Nobel de la Paz, se convierte en el escenario de un proceso desgarrador. Allí, las mujeres reciben atención médica y psicológica tras las atrocidades vividas. Además del dolor, está el dilema de aceptar o rechazar a los hijos nacidos de la violencia. La maternidad, más que un hecho biológico, se transforma en un acto de resistencia. Cada decisión, ya sea aceptar a los bebés como propios o separarse de ellos, se plantea con una honestidad conmovedora, exponiendo las tensiones entre el trauma, el perdón y la lucha por reconstruir una vida rota.
Las tecnologías modernas provocan el saqueo de minerales como el coltán, que se vende a un precio incalculable para las comunidades locales.
Una huella imborrable en la conciencia de quienes se atrevan a verla. Incluso en el epicentro del horror, puede brotar la humanidad.
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