Y volvieron cantando

Pisa como perro de paja

Este es el mismo gobierno que en la pasada legislatura defendió como si fueran los arcanos de la modernidad y la empatía escolar todas las medidas sacadas adelante por la ministra Celaá

Hoy jueves, muy comprometido con enmendar a su ex ministra Celaá y ya de paso a la actual titular de educación Pilar Alegría –más volcada esta última dicho sea de paso en labores de asedio partidista a la oposición desde la portavocía del Gobierno– el presidente Sánchez, que como Saulo se cayó del caballo este pasado fin de semana para descubrir que «cateamos» en los sucesivos informes Pisa, va a reunirse con la comunidad educativa –eso que los del sector conocen como Consejo escolar– para presentar un plan de refuerzo en matemáticas y lengua –comprensión lectora– que pretende devolvernos desde la «segunda-B» a la «champions» educativa occidental y que se tragaba la amnistía como quien mastica y deglute las páginas de un periódico con noticias poco atractivas o comprometedoras durante la convención socialista trasladada el sábado a Galicia y ya saben, sin aviesas intenciones de ventajismo electoral.

Sánchez y por ende los puntuales voceros del Gobierno y del partido socialista nos tienen más que acostumbrados a aseverar con la mayor de las contundencias por la mañana lo mismo que comienza a matizarse al mediodía para ser finalmente negado o sustituido por la conveniencia de otro argumento llegada la noche, pero con esta propuesta que hoy mismo llevará bajo el brazo ante los representantes de docentes, padres y resto de implicados en el universo escolar hemos de reconocer que se ha superado, casi tanto como en los episodios de la amnistía, las apreciaciones sobre la calidad democrática de Puigdemont, los indultos o el «solo sí es sí» ya en proceso de olvido. Este es el mismo gobierno que en la pasada legislatura defendió como si fueran los arcanos de la modernidad y la empatía escolar todas las medidas sacadas adelante por la ministra Celaá –hoy en el Vaticano misa a las 7 y monacales paseos de embajadora–, medidas que enterraban el espíritu de superación, demonizaban las evaluaciones por resultar «traumáticas» o sublimaban la filosofía del aprobado general… y a correr. Ha sido precisamente la transferencia de la educación a las autonomías la que en muchos casos como el de Madrid, Andalucía más recientemente y sobre todo Castilla y León ha evitado que definitivamente el nivel de la enseñanza en nuestro país quedara arrumbado como irrecuperable colista de la liga Pisa. Lo de hoy llega tarde, muy tarde, pero Sánchez tendrá –no lo duden– una de las fotos del día.