Sin perdón
Los líos de pasta y señoritas en el PSOE
«La corrupción siempre tiene una pauta común basada en negar el cobro y anunciar querellas»
La armada mediática sanchista, liderada por RTVE y Prisa, tiene muy complicado negar o minimizar las acusaciones de Aldama sobre la corrupción sistémica en el PSOE. En su comparecencia ante el juez instructor de la causa que se sigue en el Supremo apuntó a Ábalos, Koldo y Torres, asegurando que eran comisiones para el PSOE. En esta ocasión aportó pruebas y parece que tiene más material. No parece que los enredos con chicas de pago, alquileres de pisos y fajos de billetes sean una invención del corruptor, porque hay evidencias muy inquietantes para los señalados. Es cierto que tienen derecho a la presunción de inocencia, pero su línea de defensa es muy obvia y es lo que se dice habitualmente en estos casos. Ahora sabemos que los presuntos corrompidos gozaban de una existencia de vicio, sexo y lujos gracias a su generosidad. Por supuesto, nadie se puede creer que era gratis, sino que pagando los favoreces recibidos. La corrupción siempre tiene una pauta común basada en negar el cobro y anunciar querellas. Los jueces determinarán el grado de responsabilidad de Aldama, así como la veracidad de las pruebas. No parece que fuera un alma caritativa que se sentía feliz repartiendo fajos de billetes y organizando la infraestructura para que sus amigos llevaran una vida disipada. Es muy llamativa la afición al sexo de pago. Por otra parte, es incuestionable que Aldama se movía con gran facilidad por las covachuelas del sanchismo y que Koldo era un buen soldado al servicio de su amo y señor. Era el superconseguidor que servía para todo. Esto explica su fulgurante ascenso al lado del hombre fuerte del PSOE y el Gobierno. Me gusta leer y escuchar que Sánchez no tiene ninguna responsabilidad y que actuó de forma ejemplar como si no tuviera que asumir lo que sucedía a su alrededor. No hay nada como tener el poder y saberlo ejercer de forma implacable. Lo que sabemos con meridiana claridad es que no hay un acoso judicial, sino un escándalo que afecta al que fue el hombre fuerte del PSOE y su persona de máxima confianza. Las responsabilidades judiciales se dirimirán en los tribunales, aunque luego Conde-Pumpido los exonere como ha sucedido con los ERE, pero políticamente es un desgaste enorme para Sánchez.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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