El trípode

Los «golpistas» socialistas de Montero

El golpe de Estado que le atribuye ha sido exhortar a los militantes socialistas a deponer a su líder supremo de la Secretaría General de su partido y de la Presidencia del Gobierno

La siempre discreta, ecuánime -y ante todo prudente- vicepresidenta Montero ha calificado, en el Congreso sanchista, al PP como un «partido golpista». El golpe de Estado que le atribuye ha sido exhortar a los militantes socialistas a deponer a su líder supremo de la Secretaría General de su partido y de la Presidencia del Gobierno. Sin duda la intensa proximidad de sus socios la ha debido influir para efectuar una declaración tan rotunda ante un acontecimiento tan solemne. En todo caso, se le debe recordar que en su personal lógica golpistas fueron entonces los militantes socialistas del Comité Federal que el 1 de Octubre de 2016 cesaron precisamente a Sánchez para impedirle hiciera lo que desde hace más de seis años viene haciendo en España. Por cierto, entre esos golpistas, algunos tan sobrevenidos sanchistas como su admirado portavoz parlamentario Pachi López. Y eso sin aludir a socios suyos tan queridos -y sin los cuales ella no estaría en el gobierno-, de quienes se puede hablar de golpistas con riguroso fundamento. Porque Puigdemont, ¿qué es? Sus socios son partidos que dieron un golpe de Estado contra la unidad nacional que es el mismo fundamento de la Constitución y cuyos dirigentes han sido indultados y amnistiados sin arrepentimiento alguno por su parte y con el único propósito de que les permitieran seguir en el cargo pese a haber perdido las elecciones. Para completar a ese dúo que acompaña a Sánchez al frente de esas siglas, Santos Cerdán se refirió a Víctor de Aldama -al que Sánchez ha encumbrado a la fama junto a él, además de a Ábalos y Koldo- afirmando que es «un delincuente confeso» que tiene «la misma credibilidad que Feijóo». Como vemos, la presentación del Congreso Federal sanchista estuvo a la altura de lo que se espera de él con un claro progresismo. Por su parte la ponencia feminista no confirmaron su ponente por estar sometida a debate interno si será ponente o «ponenta», no descartándose que pudiera ser el propio Errejón, una vez de baja de su última militancia tras Podemos y Más Madrid. En cuanto a la ponencia Constitucional la duda estriba entre Otegi y Junqueras al no poder acceder Puigdemont al Congreso por temor a ser detenido por orden judicial. Aunque la experiencia de su último mitin en Barcelona el pasado 11 de septiembre, le avala para gestionar con eficacia estas situaciones. En cuanto a la ponencia de estatutos se duda entre el militante «socialista ejemplar» Koldo o el anterior secretario de Organización Ábalos. De momento, ponencia de «ética pública y moral» no consta estar incluida en el programa. (Continuará)