Big data
España sufrirá un déficit vegetativo de decenas de miles de habitantes en el próximo medio siglo
La edad media para ser madre es de 33,3 años entre las españolas y 30,9 años entre las extranjeras residentes
El saldo vegetativo de la población que calcula el INE para el periodo 2024/2074 es negativo. Es la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones registrada en un año. Solo con la incorporación de una emigración ordenada que permanezca en territorio nacional durante su contrato de trabajo y posteriormente regrese a su origen para ser reemplazada de nuevo por otros emigrantes, podrá compensarse el déficit demográfico nacional. La estimación es concluyente y el INE da por seguro en sus previsiones que se producirán más defunciones que nacimientos en el próximo medio siglo en nuestro país.
Que no sea un episodio, sino una tendencia debería disparar la preocupación. En efecto, este balance negativo se irá agravando en los próximos años, pero el ritmo migratorio positivo que calcula el INE para el periodo 2024 a 2038/2039 hará que la población española crezca en 5,1 millones netos de personas, pasando de 48,6 a 53,7 millones. Pero los pronósticos para los siguientes 35 años son muy desfavorables, ya que se considera que desde 2038/2039 a 2073/2074, tan solo aumente la población de España en 0,9 millones de individuos, lo que nos aproxima a un abismo demográfico de manera irremediable y angustiosa. Ni siquiera la llegada continuada de migrantes podrá paliar la caída de la natalidad por lo que nos acercaríamos a un estancamiento poblacional en el último cuarto del siglo XXI.
Tan solo un incremento de los nacimientos podría mantener el crecimiento neto de la población española de forma indefinida. Hasta 2038/2039 se mantendrá una pérdida constante de 129.620 a 132.600 habitantes considerando únicamente la diferencia entre nacimientos y defunciones, pero se estima que en 2073/2074 se multiplique por más de dos, alcanzando un déficit vegetativo de 282.980 habitantes. En ese periodo los nacimientos calculados serán 405.913, pero los fallecimientos se prevé que alcancen los 688.893. El número de nacimientos se congelará en el periodo 2038/2039 al 2073/2074, en poco más de 400.000 al año durante esos 35 años seguidos. Mientras que las defunciones se incrementarán de 533.549 a 688.893 al año.
La falta de conciliación, por la necesidad de incorporarse al mundo laboral ambos miembros de la pareja, hace que la edad media para ser madre se alargue a los 33,3 años entre las españolas, mientras que entre las extranjeras residentes en España sea a los 30,9 años. También son datos favorables para las foráneas el número de hijos por mujer, que entre éstas alcanza los 1,35, mientras que entre las españolas es de 1,12
De ahí que deba ser considerada política de Estado el aumento de la natalidad, pues su interés estratégico resulta indiscutible para la nación. Medidas como lograr la gratuidad de las escuelas infantiles o primas económicas a la maternidad deberían estar en la agenda política de cualquier administración, fuera del signo ideológico que fuera.
También en el terreno laboral se requiere implementar medidas, por lo que empleadores privados y públicos deberían ser resarcidos por el Estado para que faciliten la crianza de niños. Sin duda sería un esfuerzo económico público de magnitud, pero la nación lo requiere pues el desplome población repercutirá muy negativamente en casi todos los ámbitos de la vida.
En todo caso, hay que mencionar que este fenómeno, aunque sea acusado en España, trasciende nuestras fronteras. El mundo se aproxima a un punto de no retorno en el que la tasa global de fertilidad podría caer por debajo del umbral necesario para mantener constante la población. Y conviene no engañarse el invierno demográfico que se atisba conllevará implicaciones severas para la forma en que vivimos, el crecimiento económico y el poder geopolítico de las naciones. La pasividad de los gobiernos resulta inexplicable.
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