Yak-42: misión cumplida

Mañana, varios familiares de los fallecidos en la tragedia del Yak-42 depositarán junto al Rey una corona de laurel durante el desfile del Día de las Fuerzas Armadas que se celebrará en Guadalajara en homenaje a los que dieron su vida por España. Será un capítulo solemne y extraordinario del epílogo que se escribe en estos días de la mayor catástrofe del Ejército español en tiempos de paz, en la que perdieron la vida 62 de nuestros militares que regresaban de Afganistán el 26 de mayo de 2003. A punto de cumplirse el próximo año el 15 aniversario del accidente, la principal asociación de los familiares de las víctimas ha dado también su lucha por concluida después de que el Ministerio de Defensa –con un papel crucial reservado para Dolores de Cospedal– firmara la resolución del expediente en el que se asumía la responsabilidad de la Administración en el drama. Quedará para 2018 un merecido homenaje a aquellos 62 militares trágicamente desaparecidos. Han sido años terribles para sus allegados que no desistieron en la defensa de una causa que entendieron justa desde el primer momento y que no pudieron siquiera afrontar el duelo. Con excesivo y controvertido retraso, el Estado ha sido capaz de atender sus demandas y sus preocupaciones. Ahora, sólo cabe esperar que se haya aprendido de los errores cometidos en esta desgracia para estar a la altura de todos esos militares que ponen sus vidas en juego, para perderla en ocasiones, con el único propósito de velar por la seguridad y la libertad de todos.