Podemos
Podemos: la unidad sólo pasa por Pablo Iglesias
Que términos como «purga» y «vieja política» se estén utilizando en la batalla interna de Podemos da cuenta de la profundidad de la brecha abierta en la formación morada y augura –dada la experiencia acumulada de los partidos de raigambre marxista– una batalla más tacticista y personalista que ideológica en la que no se cogerán prisioneros. Porque, en efecto, el espectáculo público en el que se ha convertido la pugna entre el sector de Pablo Iglesias y el que respalda a Íñigo Errejón sólo puede terminar con la ruptura, una vez que la maquinaria propagandística de la formación extiende la idea de que la unidad de Podemos sólo pasa por aceptar la supremacía de Iglesias. Actuación maniquea en la que cualquiera que ponga en duda la autoridad o la estrategia que marca el secretario general de Podemos se convierte en enemigo de la unidad y, por lo tanto, hace daño al partido. De momento, la batalla se libra por los segundos escalones de Podemos, como en el caso de Ramón Espinar y Rita Maestre, pero tendrá que dilucidarse en el próximo Congreso. Convendría que, entre todos, sosegaran los ánimos y prescindieran de exhibir en las redes sociales esas muestras de sectarismo que, en el fondo, carecen del menor interés para la mayoría de los ciudadanos.