Santiago de Compostela
Los Reyes con el Papa
La relación del Rey y de la Familia Real con la Santa Sede es antigua, pero alcanzó la plena lealtad mutua con la restauración de la Monarquía parlamentaria. En ese momento, se pusieron las bases de los actuales acuerdos entre el Estado y la Iglesia, y que se mantienen fructíferos, sólidos y con vocación de futuro, pues, además, hay un reconocimiento de que la mayoría de la sociedad española profesa la religión católica. El Papa recibió ayer en audiencia privada a los Reyes y con ello volvió a mostrarse el estrecho vínculo que mantienen las dos instituciones, que quedó expresado en la cordialidad y la cercanía con las que se desarrolló la reunión y en el tiempo que el Pontífice dedicó al encuentro, muy por encima al invertido con cualquier otro líder mundial. Sin duda, influye el hecho de que el Papa Francisco y Don Juan Carlos comparten la misma lengua (a Bergoglio se le recibió como «un Papa en español»), algo del temperamento y conocen a los pueblos argentino y español. Pero también pesan en la diplomacia vaticana algunos gestos históricos que perduran en la memoria de la Santa Sede, como el hecho de que Don Juan Carlos renunció en 1976 al privilegio de presentación de obispos, que fue una petición expresa del Concilio Vaticano II –que tan presente ha estado en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II–, con lo que se normalizaron las relaciones entre la Iglesia y el Estado y se inauguró una nueva etapa de respeto e independencia que abrió las puertas a los Acuerdos, primero el sellado en 1976 y después, el de 1979. No hay que olvidar tampoco que los Reyes han estado presentes en los grandes momentos de la Santa Sede de los últimos 40 años: la muerte de Pablo VI, el comienzo del pontificado de Juan Pablo I y sus exequias, así como el papado de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Los viajes papales a España han dejado huella y siempre se recordará la entrañable relación que mantuvo la Familia Real con Wojtyla en su periplo de 2003 o lo que para Ratzinger supusieron la Jornada Mundial de la Juventud de 2011, la consagración de la Sagrada Familia y su peregrinaje, en 2010, a Santiago de Compostela. Se espera ahora el primer viaje de Francisco a España a lo largo del año 2015 –como adelantó LA RAZÓN–, coincidiendo con el 500º aniversario de Santa Teresa de Jesús. No le correspondió al Rey realizar la invitación oficial, porque ésta ya ha sido formalmente tramitada, pero el regalo que los Reyes le ofrecieron no esconde las intenciones: las «Obras Completas» de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz, ejemplos de la gran tradición mística española. Volverá Jorge Bergoglio a España, una tierra que conoce bien, pues fue en Alcalá de Henares donde completó, a principios de los años setenta, su tercera probación. Sin duda, será un viaje que la sociedad española espera con enorme interés.
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