Gobierno de España
El PSOE debe permitir el gobierno de Rajoy y liderar la oposición
Cuando en noviembre de 2013 los democristianos (CDU) de Angela Merkel negociaban con los socialdemócratas (SPD) de Sigmar Gabriel la coalición que todavía gobierna en Alemania, los puntos del programa que los diferenciaba eran muy claros. Para la CDU, era clave la inclusión en el «contrato» –así lo llamaban– de una política de control fiscal y presupuestaria con el objetivo de dejar de endeudarse a partir de 2015, y rechazaba las subidas de impuestos a los que más ganan. Para el SPD, lo que distinguiría su presencia en el Gobierno era la introducción de un salario mínimo interprofesional a partir de 2015. Ambos partidos se enfrascaron en el debate de cómo financiar el aumento de las pensiones a las mujeres que tuvieron hijos antes de 1992 –como proponía Merkel– y la anticipación de la edad de jubilación, de los 67 a los 63 años, para aquellos que hubiesen cotizado durante 45 años o más –según el objetivo de Gabriel–. Pero con lo que nadie contaba es con que el desgaste de esta coalición vendría por una crisis de los refugiados. Ninguno de los dos partidos han notado una pérdida de apoyos por haber gobernado juntos. Nuestra cultura política está a años luz de la experiencia alemana, y sigue viéndose como una traición que los partidos se pongan de acuerdo para temas que benefician claramente al conjunto de la población. Va siendo hora de innovar, también en esto. En la caída de Pedro Sánchez, los más conspirativos han descubierto la mano oscura de unos poderes que creen que el PSOE debe permitir el gobierno de Rajoy a toda costa, sin ni siquiera entrar en detalles de los puntos del programa socialista que podrían incluirse en el de los populares, siguiendo el muy castizo dicho de «solos, antes que mal acompañados». Es decir, lo que se dice «hacer política». Según una encuesta de NC Report que publicamos hoy, un 47,8% de los votantes socialistas prefiere que el PSOE negocie una abstención con el PP para desbloquear la investidura. Muy de cerca, con el 44,4%, les siguen los que optan por repetir elecciones en diciembre. Se impone la opción que siempre hemos defendido como la que más conviene al país, pero no debemos perder de vista que dentro del votante socialista –bien siguiendo el mantra de Sánchez de «no es no», o porque cree, por principio, que nunca se debe permitir el gobierno del adversario, o por ambas cosas– la salida de las terceras elecciones sigue teniendo un peso destacado. Esta tendencia puede constatarse en el hecho de que un 48,8% cree que la constante negativa de Sánchez a la investidura de Rajoy ha sido un error y un 45,8% no lo cree así. Sin embargo, estos datos contrastan con otros que evidencian que el PSOE está muy lejos de llegar a La Moncloa: un 60,2% cree que debe estar en la oposición para rehabilitarse. A una semana del desenlace del cisma socialista, las fuerzas parecen decantarse a favor de la dimisión de Sánchez (51,4%), frente a los que están en contra (39,8%). Por otra parte, el 54,4% considera que el ex líder socialista ha dividido al partido, mientras que, extrañamente, un 39,6% piensa lo contrario. Será tarea del equipo que provisionalmente dirige el PSOE hacer compatible la abstención con el ejercicio de la oposición. Sin duda hará falta capacidad de liderazgo, persuasión, pedagogía y mucha audacia para convencer a los militantes y a muchos votantes socialistas de que el PSOE puede estar al frente de la oposición y facilitar el Gobierno, muy a pesar de Pablo Iglesias. Eso es hacer política. Ya es hora de hablar de programas concretos y no de las esencias del socialismo.
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