Sin Perdón
La difícil legislatura de Illa
«La ruptura con Puigdemont, significa que la paz en Cataluña de la que hablaba Sánchez ha saltado por los aires»
Cataluña tiene el primer presidente no independentista desde Montilla, pero hay que aclarar que estará sometido a la voluntad de ERC y los Comunes. Por tanto, ha conseguido, como Sánchez, un acuerdo de investidura a un coste enorme. Ahora comienza la parte más difícil. Otro aspecto preocupante es la ruptura con Puigdemont, ya que significa que la paz en Cataluña de la que hablaba Sánchez ha saltado por los aires. Me sorprende que alguien compre la propaganda monclovita de que Puigdemont está acabado. La realidad es que cumplió lo que prometió. Ha regresado para la investidura. Llegó caminando y sin prisas, subió al estrado y pronunció un discurso político que abre, efectivamente, una nueva etapa de confrontación. Los Mossos han demostrado una inquietante incapacidad operativa, porque sin existir ningún pacto y con mala información concentraron sus esfuerzos en la puerta del Parlament. Todos creían que sería tan tonto como para entregarse y acabar en la cárcel. Ni Illa ni Sánchez podrán contar con los diputados de Junts. El primero será prisionero de ERC y el segundo se ha quedado sin legislatura. No está nada mal.
Puigdemont ha conseguido el objetivo de reafirmar, ante un público entregado, que no se va a rendir. Por cierto, se repartieron palos y se lanzaron gases lacrimógenos. Una muy mala imagen que perjudica el relato sanchista. Con su regreso ha demostrado osadía, algo que encaja muy bien con lo que espera el independentismo de un líder. En cambio, el problema es para ERC que sigue su hundimiento y confirma su dependencia del PSOE, ya que será un gregario. Ese papel es muy negativo en esta nueva etapa y es una percepción irreversible. A partir de ahora, tiene dos opciones: complicarle la legislatura al nuevo presidente catalán o apoyarle con ciega fidelidad. A Junts le toca recoger los frutos y lo tendrá fácil, ya que el acuerdo para la investidura de Illa es de imposible cumplimiento. España no es una finca de Sánchez donde pueda hacer lo que le venga en gana y ceder la soberanía fiscal a Cataluña. Estamos ante un concierto y un cupo, se llame como se llame, que no tiene encaje constitucional. Por cierto, el relato que ha colocado José Miguel Contreras en los medios afines al sanchismo ha saltado, también, por los aires.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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