Sin Perdón
Las derrotas de Sánchez
«No hay que descartar que Díaz y sus escuálidas huestes se sometan al líder porque son una colección de supervivientes»
Ni gobierno bonito ni mayoría progresista. Sánchez cosecha derrota tras derrota obsesionado con mantenerse en La Moncloa a cualquier precio. Su última legislatura está siendo agónica. Es curioso cuán certeros son muchas veces los dichos. Me viene a la memoria el famoso de quien a hierro mata, a hierro muere o dime de qué presumes y te diré de qué careces. Sánchez llegó al poder gracias a una moción de censura cuya legalidad era incuestionable. Otra cuestión distinta es que se basara en una gran mentira, así como en la traición del PNV. Por cierto, el ganador sabía perfectamente que se basaba en una mentira y que Rajoy era un político honrado. Lo único que le importaba era asaltar el poder, aunque lo hizo con personajes muy poco recomendables como José Luis Ábalos. No espero ni ética ni coherencia en la izquierda. Ni siquiera que muestre el mismo comportamiento que tuvo contra Rajoy y el PP. Nada se puede esperar de mercenarios como el multimillonario José Miguel Contreras y sus amigos lobistas, los comunicadores que se están enriqueciendo gracias a la generosidad monclovita o los socialistas que han convertido la política en su profesión. A pesar de su voluntarismo al servicio del sanchismo, tendrán que reconocer que las derrotas se suceden en el Congreso. El incremento del gasto en defensa ha roto al Gobierno socialista comunista, aunque no hay que descartar que Yolanda Díaz, que es una veleta ideológica, y sus escuálidas huestes se sometan al líder porque son una colección de supervivientes. No escucho a los medios de izquierdas criticar a Sánchez por incumplir la Constitución con los presupuestos. Es lógico, porque Contreras y sus amigos tienen dos años para hacer caja sirviendo al sanchismo. Y además es bueno recordar que ahora llega el gran pastel del gasto de defensa. Lo que sucede en España es una anomalía democrática que no tiene parangón en Europa. La debilidad parlamentaria y los escándalos que afectan a su familia, su gobierno y a su partido tendrían que haber conducido a la convocatoria de elecciones. Sánchez está dispuesto a gobernar sin presupuestos, ignorando al Poder Legislativo, intentando amordazar a jueces y periodistas y permitiendo o impulsando que sus amigos y protegidos se hagan muy ricos. Es un progresismo ciertamente pintoresco basado en una total ausencia de ética.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).