El trípode
Congreso sanchista a la «búlgara»
Su gran «novedad» ha sido querer emular a Franco y su INV, el Instituto Nacional de la Vivienda, creando una empresa pública para construirlas.
Los congresos a la «búlgara» evocan a aquellos que el camarada Todor Zhivkov celebró a lo largo de los 33 años en que dirigió como secretario general el PC de la República comunista marxista leninista y la presidencia del país. Hasta que con la caída del Muro de Berlín fue derrocado del poder, y –tras caer la URSS el 8 de diciembre de 1991–, juzgado y condenado a 7 años de prisión por abuso de poder y malversación. Siguió la desaparición del PCUS y el PC de Bulgaria se transformó en el Partido Socialista búlgaro(...). La unanimidad era permanente con aclamación constante a Zhivkov con total carencia de discrepancia alguna, y votaciones que oscilaban entre el 99,99 y el 100% de los delegados. Algo parecido a lo del Congreso sanchista clausurado ayer con el actual PSOE convertido en virtual «Partido Sanchista PS», y unos delegados dignos émulos de los del camarada Zhivkov siguiendo sumisamente la consigna del «bulo» que fue fruto del retiro de 5 días de su líder supremo Sánchez, al conocer la investigación judicial de Begoña Gómez. El «fango y el lodazal» también surgieron de aquel «retiro» pero la «gota fría» de Valencia ha convertido en inoportuna e inadecuada su utilización para replicar a la acusación de corrupción que se contesta como «bulo». En una situación como la que rodea a Sánchez, Ferraz y Moncloa de presunta corrupción, ni una sola voz discrepante ni la más minimalista autocrítica. Solo descalificaciones a los jueces que osan investigar a su familia, su partido, o su Gobierno. Su gran «novedad» ha sido querer emular a Franco y su INV, el Instituto Nacional de la Vivienda, creando una empresa pública para construirlas. Veremos si llega a las 6 millones que él construyó, porque ya aspira a estar en La Moncloa sin límites. Eso, quien llegó al gobierno con 84 (...¡!) diputados censurando al gobierno del PP por la corrupción del caso Gürtel y comprometido a aumentar «la calidad de nuestra democracia». Resulta patético observar el PSOE al que Suresnes y su actuación durante la Transición con Felipe González y Alfonso Guerra hizo «olvidar» a aquel PSOE de Largo Caballero, el del Frente Popular, de la revolución golpista de 1934 y del «pucherazo» que le llevó al gobierno en febrero de 1936 y de allí a la guerra civil. El actual PS es una versión actualizada de aquel. No promueve revoluciones sino corrupción en todo lo que toca. Desde la Fiscalía General hasta las mascarillas, y con bolsa de 90.000 euros en Ferraz. Hasta que España despierte de esta pesadilla y de su actual «síndrome de la rana».