Las administraciones públicas dan cada vez más facilidades a los contribuyentes, no para que resuelvan con celeridad los complejos trámites oficiales, sino para que paguen, para que «aflojen la mosca», que diría un castizo bien «enterao». Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, sobre todo las ciencias electrónicas, que ya forman parte indivisible de nuestras vidas. Ayer la alcaldesa, Ana Botella, anunciaba que pronto tendremos parquímetro por teléfono, o lo que es lo mismo, podremos sacar el tique, y cambiarlo cuando el plazo haya caducado, desde nuestro móvil. No tendremos que buscar una máquina expendedora, ni ir a cambiar el tique cuando haya cumplido el tiempo establecido. Todo eso lo podremos realizar desde nuestro teléfono móvil, mientras estamos en una reunión de trabajo o poniendo una lavadora. Esto nos evitará mucho tiempo perdido, pero sobre todo, el riesgo de que se nos olvide renovar el tique y nos apliquen una multa de esas de acordarse del Ayuntamiento en pleno. A esta buena noticia hay que añadir que el Abono Transporte lo vamos a poder recargar también en un cajero automático. Nuestros regidores son unos benditos, siempre pensando en cómo facilitar la vida al honrado contribuyente, cómo ponérselo todo más asequible y al alcance de la mano. Ahí es nada: pagar el parquímetro desde el móvil; recargar el abono de transporte en un cajero que nos pille de paso, y un eslogan para el caso: «Pague de forma más cómoda, pero pague, que es lo que importa».