Cargando...

Presupuesto del Estado

El regalo de Montoro

La Razón La Razón

Los Presupuestos Generales del Estado interesan muy poco a los ciudadanos. Saben que son las cuentas que hace el Gobierno para llegar a fin de año pero, como ven que más que cuentas son un motivo más para el debate político, cambian de canal. El caso es que Rajoy está ahora en aprobar los Presupuestos de 2017, esenciales para ayuntamientos, comunidades, y para nuestro cumplimiento del objetivo de déficit con Europa. Por eso es bueno hablar de dinero. También porque somos los españoles los que se lo damos al Gobierno para que haga con él lo que cree que debe hacer.

Quizá por eso, por la importancia que tienen, a Mariano Rajoy ni se le pasó por la cabeza crear una comisión que pactara los Presupuestos con los partidos. Se los reservó para él solito. Hay poco tiempo, y mucho en juego. Y los apoyos son un poco los mismos que en la investidura. Pero de otra manera.

Para empezar, el presidente del Gobierno ya ha mantenido varias conversaciones con los partidos que podrían apoyarlos: PNV, Coalición Canaria y Ciudadanos. Con ellos quiere conseguir algo tan sencillo como evitar que el PSOE presente una enmienda de devolución.

Lo de Ciudadanos era lo más fácil, a sabiendas de que tenía un pacto de Gobierno con ellos. Pero Rajoy sabe lo complicado que tiene Rivera su liderazgo en el partido. Un día decide que no va a entrar en coaliciones de Gobierno y tiempo después sus chicos deciden que sí, que ahora quieren pillar carguetes. Por eso ha hablado, negociado, y llegado a un acuerdo en tiempo récord para el techo de gasto, y así evitar los celos de Rivera como cuando Rajoy pactó con el PSOE la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

Lo más caro siempre es lo del PNV. Las conversaciones con Andoni Ortúzar, presidente del Partido Nacionalista Vasco, para conseguir el apoyo de los cinco diputados nacionalistas vascos a cambio de una mejora del cupo vasco –el instrumento jurídico que regula las relaciones tributarias y financieras entre el Estado y el País Vasco– han incluido nuevas contrapartidas. De entrada, la retirada de recursos contra las leyes y decretos aprobados por el Gobierno vasco; nuevas inversiones y, eventualmente, un apoyo en la reforma del Estatuto de Gernika. Cara negociación. Pero esta vez no se les podía decir que no. Y como ha hablado con el presidente del PNV, también ha tenido que hacerlo con el presidente canario, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, que aunque sólo tiene un diputado, Ana Oramas, son imprescindibles para que los presupuestos salgan adelante. Pero falta un voto, el de Nueva Canarias. La semana pasada, su diputado en el Congreso, Pedro Quevedo, reconoció una «larga conversación» con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre cómo conseguir más recursos. La cosa apunta maneras... si es que las maneras no están ya cerradas.

Falta van a hacer. Bruselas pide un ajuste de 5.500 millones de euros, para que el déficit público esté por debajo del 3,1%. Y como los pactos con Ciudadanos, PNV y los canarios, han salido bastante caros, ni siquiera a Montoro le salían las cuentas. La pésima solución ha sido la subida de impuestos a sociedades –«que paguen los que más tienen» que decía Pedro Quevedo– y algo más. El regalo del cielo han venido por donde más pasta estaba pendiente de cobro: un pacto con los futbolistas de élite para saldar sus cuentas con Hacienda. De hecho, todos se han puesto a negociar. Se necesitan unos a otros como nunca. Y es que Montoro siempre consigue la cuadratura del círculo.