Al portador
El autorrapto de Europa, sin Zeus, pero con Trump y Putin
Macron busca un liderazgo que no cuaja y la división, no el consenso, preside las reuniones de los líderes
Heródoto (484-425AC) fue el primero en hablar de Europa, princesa fenicia de origen argivo y belleza espectacular, raptada por Zeus. El historiador, no obstante, advertía de que «me veo en la obligación de referir lo que se me cuenta, pero no de creérmelo todo a rajatabla». Europa, tras milenios de ser el centro de casi todo, tan admirada y deseada como la princesa engañada por el dios del Olimpo, ha vivido «su semana más sombría desde la caída del Telón de Acero», apunta The Economist. El semanario británico se pregunta «¿Cómo debe responder Europa a la destrucción del orden de postguerra por parte de Trump y Putin?», sobre todo ahora que «ya no se puede contar con que los Estados Unidos vengan a ayudar a Europa en tiempos de guerra. «Las implicaciones para la seguridad de Europa son graves –añade–, pero los líderes y los pueblos del continente todavía no las han asimilado».
Robert Graves (1895-1985), en «Los mitos griegos» escribe que «la Europa antigua no tenía dioses», adoraba a la Gran Diosa. Milenios más tarde, Europa acumula problemas internos y externos y duda. Mañana hay elecciones en Alemania, con el fantasma del auge de la ultraderecha, que no llegará a gobernar, pero que estará ahí. Macron busca un liderazgo que no cuaja y la división, no el consenso, preside las reuniones de los líderes. El euro es cada día más la red de seguridad, cuya desaparición llevaría al caos. Mario Draghi, el hombre que salvó el euro con aquella frase histórica –«el Banco Central Europeo hará lo que tenga que hacer, y será suficiente»– acaba de advertir que desde el punto de vista económico –y es fundamental– el enemigo de Europa está dentro de Europa. «Europa se ha autoimpuesto –autorraptado– a sí misma», ha escrito en Financial Times. Draghi constata que Europa es una gran potencia exportadora, pero añade que «las barreras en el comercio dentro de la Unión Europea equivalen a la imposición de aranceles del 44% en los bienes y en el caso de productos agrícolas o textiles del 100%». Cree que las regulaciones europeas son una losa para la innovación, sobre todo en el campo digital y que «todas estas limitaciones –recalca– a las actividades económicas son mucho más dañinas que los posibles aranceles que la Administración Trump pueda imponer». Europa pues, con España «en la inopia», según Ignacio Varela, tiene tarea, la económica y la de prepararse para enfrentarse a adversarios que estarán ahí después de Trump, porque tampoco hay que creérselo todo como sugería Heródoto.