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La doble

Mar de Alborán, el punto con más peligro de terremoto

El sur peninsular se sitúa en el límite entre dos placas tectónicas. Aunque la sismicidad es moderada, se pueden producir terremotos como el que ha afectado a Marruecos

Ouirgane (Morocco), 10/09/2023.- A woman passes by damaged buildings following a powerful earthquake in Ouirgane, south of Marrakesh, Morocco, 10 September 2023. A magnitude 6.8 earthquake that struck central Morocco late 08 September has killed at least 2,012 people and injured 2,059 others, 1,404 of whom are in serious condition, damaging buildings from villages and towns in the Atlas Mountains to Marrakesh, according to a report released by the country's Interior Ministry. The earthquake has affected more than 300,000 people in Marrakesh and its outskirts, the UN Office for the Coordination of Humanitarian Affairs (OCHA) said. (Terremoto/sismo, Marruecos) EFE/EPA/YOAN VALAT YOAN VALATEFE/EPA

El terremoto del pasado 8 de septiembre va a pasar a la historia de Marruecos por ser el peor ocurrido en el país en décadas. Con una magnitud de 6,8 está dejando un balance de muertos que suma ya alrededor de 3.000 víctimas en diez provincias.

No es el único terremoto que ha sufrido el país vecino ni la región y nos recuerda nuevamente que vivimos en un planeta en constante movimiento yen una zona, también España, con cierta sismicidad.

La litosfera de la Tierra se divide en placas tectónicas. Estas no son estáticas, sino que se mueven entre sí a velocidades variables. Cuando se acumula mucho esfuerzo y la tensión supera la resistencia del terreno, se produce un temblor. «Los terremotos suceden y sucederán y no hay forma de saber cuándo. No es algo que deba extrañarnos. El planeta es tectónicamente activo. No debe sorprendernos y, sin embargo, se nos olvida porque en esta zona del Mediterráneo se producen cada mucho tiempo. La zona iberomagrebí es una zona sísmica, aunque de baja intensidad. Los terremotos no se pueden evitar, solo se pueden prevenir y mitigar. Primero hay que conocer la actividad sísmica y luego tomar decisiones como establecer normas de construcción sismo resistentes o sistemas de alerta temprana que eviten muertes. Los terremotos en sí no matan, son las construcciones las que lo hacen», afirma Vicenta M. Elisa Buforn, catedrática de la facultad de Ciencias Físicas y miembro del Grupo de Investigación «Estructura y dinámica del atierra, técnicas de GPS y de la Universidad Complutense de Madrid.

El sur de la Península y el norte de África representan un punto caliente de actividad sísmica. En 2004 el terremoto que sacudió Alhucemas provocó 600 muertos y casi mil heridos; en 1960 Agadir fue sacudida por un terremoto de magnitud 5,8 dejando un balance de 15.000 muertos. En España en el seísmo de Lorca de 2011 (5,1) murieron nueve personas y el 20% de los edificios sufrieron algún efecto; en 1884 se registró un terremoto de magnitud 7 en Arenas de Rey, en el que hubo alrededor de mil muertes.

La historia nos indica que no es descartable que se produzca un gran terremoto en la Península, aunque la frecuencia con la que se pueden dar estos grandes eventos es baja. «Los terremotos no se pueden prever. Solo se puede estimar por periodos de recurrencia, basándonos en terremotos pasados. Si consigues estudiar una serie de terremotos, puedes establecer un periodo de recurrencia. Con los grandes terremotos históricos no había instrumentación, por lo que se siguen los escritos y las crónicas de la época para determinar la intensidad. Una vez se consigue la intensidad, se estima la magnitud y el epicentro y viendo las series históricas puedes hacer estimaciones obre cuando pueden ocurrir eventos de este tipo. Por ejemplo, en la zona del sur de Levante la recurrencia es de entre 5.00 y 10.000 años», dice Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional.

España cuenta con un mapa de peligrosidad sísmica elaborado por el Instituto Geográfico Nacional, donde se ven las zonas de mayor riesgo. La más afectada es el sur peninsular. Y es que las placas euroasiática y africana se encuentra a lo largo de todo el mar Mediterráneo desde Cádiz hasta Turquía, por eso la mayor parte de los terremotos que se producen en la Península se concentran en el sur. «En la parte más occidental, entre Azores y Cádiz no hay un borde de placa bien definido, es difuso y la sismicidad se distribuye. De hecho, «el actual terremoto de Marruecos se ha producido 500 km al sur del límite de placas. Se cree que debido al movimiento de alguna falla del Atlas, aunque en general es difícil asociarlos terremoto sauna falla concreta», matiza Cabañas.

Peligro de tsunamis

En 1755, un terremoto de magnitud 8,5 en la escala de Richter sacudió la ciudad de Lisboa provocando una ola gigante que alcanzó la costa de Huelva y de Cádiz, además de la capital lusa. El terremoto se originó en el Cabo San Vicente (Portugal) por donde cruza la falla Azores-Gibraltar. España también está en riesgo de padecer tsunamis, en la franja oeste del litoral, desde A ya monteen Huelva hasta Tarifa en Cádiz, y en la del este desde Málaga hasta Murcia. Y es que, aunque suene a ciencia ficción, en el mar Mediterráneo también se pueden producir olas gigantes. Hace un par de años, el Instituto de Ciencias del Mar del C SI C perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científica s (CSIC) publicó un estudio sobre la falla de Averroes situada en el mar de Alborán. El salto vertical descubierto en esta falla, de 5,4 metros, supone que Averroes tiene capacidad para generar tsunamis de hasta seis metros de altura. Eso sí, los investigadores afirman que estos episodios pueden producir se uno cada 30.000 años aproximadamente.

A ver ro es no es la única falla activa del mar de Alborán, que pueden resultar «peligrosas». «En Alborán hay varias fallas activas: Averroes, Yusuf, Carboneras o Al-Idrissi. Se entienden como fallas activas aquellas que han tenido movimiento en los últimos 129.000 años. Al-Idrissi tiene una longitud de 100 km y se estima que podría producir terremotos de magnitudes de hasta 7,4. Es responsable del terremoto de Alborán en 2016 (de 6.4) que se dejó sentir en Melilla. La de Carboneras tiene una gran longitud también, de 140 km. Podría provocar terremotos de hasta 7,4 de magnitud pero su tiempo de recurrencia es de unos mil años», afirma Cabañas.

España es un país de sismicidad moderada, nada que ver con Italia, Grecia o Turquía (en febrero el país registraba un seísmo de 7,8 que devastó todo el sudeste) donde los grandes terremotos son mucho más frecuentes. «Cuanto más grande es el movimiento de convergencia entre placas más frecuentes y grandes serán los terremotos. Llega antes el punto de resistencia a estas fallas que no aguantan la presión. En esta parte occidental, la convergencia se sitúa entre los 4 y 10 mm por año. Es tan pequeño que la acumulación de energía tarda muchísimos años en llegar a su máximo. Por eso la actividad sísmica es más baja. Sin embargo, en Turquía esos valores de movimientos son más grandes. En ese país, además, hay otra placa, la Arábiga y las convergencias o movimientos horizontales son de hasta 25 mm al año», detalla Cabañas

Aun así el punto del globo de mayor actividad sísmica se encuentra en el Pacífico en el conocido como anillo de fuego que afecta a toda América del Sur y las sudeste asiático.De hecho, Chile registró el mayor terremoto de la historia el 22 de mayo de 1960 en la ciudad de Valdivia. Alcanzó una magnitud de momento (la escala con que se miden los grandes seísmos) de 9,6.

Sismicidad península y periferiaAntonio CruzLa Razón

África se divide en dos

El continente africano se está dividiendo, como se hacía evidente en 2018 cuando una enorme grieta apareció en una carretera de Kenia. En un futuro lejano en términos de duración de una vida humana, se abrirá un nuevo mar en el valle del Rift y Somalia, Kenia y Etiopía quedarán a la deriva. La Tierra es dinámica –los continentes actuales no existían hasta hace unos 3.500 millones de años–, y las placas tectónicas se mueven, alejándose o acercándose.

En el valle del Rift este movimiento de separación comenzó hace 20 millones de años.