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Energía

Energía renovable: cómo almacenarla para el futuro

El almacenamiento de energía renovable a gran escala se ha convertido en una necesidad para España. El bombeo hidráulico y las megabaterías son las dos tecnologías más desarrolladas

España necesita almacenar energía renovable. Sucede que ni el sol brilla todos los días con la misma intensidad ni el viento sopla siempre con idéntica fuerza. La consecuencia es que la oferta no siempre se corresponde con la demanda. O se genera demasiada energía o no la suficiente.

La cuestión parece clara. Tenemos que acumular el excedente para no perderlo. Así podremos utilizarlo en los momentos de mayor consumo. El almacenamiento es la pieza que falta en el puzle de la transición energética. No en vano, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la capacidad mundial de almacenamiento energético debe quintuplicarse, desde los 272 GW disponibles en 2023 hasta los 1.503 GW en 2030.

El plan del Ministerio es acumular 22,5 GW en 2030 y 30 GW en 2050. Pero todavía queda mucho para alcanzar esas cifras, ya que el país cuenta con alrededor de 8 GW almacenados en la actualidad. ¿Dónde se encuentra la mayor oportunidad de crecimiento? En los pantanos de España y en el avance tecnológico de baterías.

En la actualidad, el bombeo hidráulico y el almacenamiento a gran escala con baterías son las dos tecnologías más avanzadas que tenemos para "guardar" la energía eólica y fotovoltaica. El bombeo se lleva a cabo en los embalses, a través de centrales hidroeléctricas. En los momentos de baja demanda de electricidad, se emplea la diferencia de altura entre dos balsas de agua para generar electricidad, un ciclo que puede reiniciarse devolviendo el agua al depósito superior.

El bombeo hidráulico, que hoy aporta casi el 85% de la capacidad de almacenamiento eléctrico instalada en el mundo, es "una de las soluciones más viables y eficientes para el almacenamiento energético a gran escala y durante largos periodos. El bombeo proporciona una flexibilidad excepcional al sistema eléctrico en la gestión de las fluctuaciones inherentes a la generación eólica y solar para asegurar un suministro confiable y continuo", explica Carlos Gutiérrez, Gerente de Tecnología de Repsol Renovables.

En España, uno de los proyectos de bombeo hidráulico más destacados es el de Aguayo II, en Cantabria. El objetivo de Repsol es la repotenciación de una central hidroeléctrica de 360 MW (Aguayo I), en activo desde 1983, donde se instalarían de forma subterránea nuevas conducciones de agua y equipos que permitirían incrementar la capacidad de ambas centrales hasta 1.360 MW.

La otra opción (que también puede ubicarse en las propias centrales de bombeo) es avanzar en la instalación de gigantescas baterías para almacenar el excedente que producen las fuentes de energía renovables, una tecnología que puede experimentar un rápido crecimiento en los próximos años gracias al desarrollo de las baterías de ion-litio.

En España este sector está arrancando y "solo hay 5 MW instalados, aunque una serie de proyectos que suman 6,5 GW tienen ya concedido el permiso de acceso a la red eléctrica. Si continúa el descenso de los costes y la regulación promueve un mercado que haga rentables estos activos podemos ver una entrada de proyectos muy importante en 2026-27", asegura Luis Marquina, presidente de la Asociación Empresarial de Pilas, Baterías y Almacenamiento. Algo que supone una oportunidad porque "un ecosistema de energías renovables con el almacenamiento adecuado puede convertirnos en el país de Europa con los precios de la electricidad más competitivos".

El caso de España

España va bien encaminada para ser líder en la generación de energía renovable. En 2023, el 50,3% de la energía utilizada provenía de fuentes renovables según los datos de Red Eléctrica; una cifra récord hasta la fecha. La meta del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) es que las fuentes renovables supongan el 81% de la generación eléctrica al final de esta década.

"Se trata de un escenario muy ambicioso, que necesita acompañarse de un aumento sustancial de la capacidad de almacenamiento para que todo funcione", considera Marquina. Para posicionarnos en el continente como líderes, tenemos que ampliar nuestra capacidad de almacenarla.

En la actualidad, el exceso de generación que no puede ser inyectada a la red, se pierde. Estas "pérdidas" podrían alcanzar en España 7 TWh anuales en 2030, según calcula Red Eléctrica. Para ese año, la suma de la producción eólica y fotovoltaica superará al consumo durante el 20% de las horas del día.

"El almacenamiento es una protección necesaria para el modelo de negocio de los activos renovables", señala Marquina. La generación solar es la que más inestabilidad padece. Se acumula más energía fotovoltaica en las horas centrales del día, en lugar de a partir de las 19:00, cuando volvemos a casa y encendemos los electrodomésticos, mientras el sol se pone en el horizonte.

Avanzar en soluciones de almacenamiento de energías renovables no solo aporta flexibilidad al sistema eléctrico, también garantiza el suministro y otorga estabilidad a la red. Por todo ello, promover el almacenamiento será clave para desbloquear el potencial real de las energías renovables y de España como futuro hub europeo.